Ramón Orosa
Bilbao, 7 oct (EFE).- Un partido en Girona con muchas incidencias relevantes, definido como un "disparate" por el propio técnico Ernesto Valverde, acabó con la buena racha que encadenaba el Athletic, un total de seis partidos sin perder con cuatro victorias en ellos que le había impulsado tanto en LaLiga EA Sports como en la Liga Europa.
Fue un choque hasta difícil de contar en el que los 'leones' llegaron a exhibir durante un buen rato su mejor juego en lo que va de curso, pero que dilapidaron frente a un genial Paulo Gazzaniga, quien detuvo hasta tres lanzamientos de penalti.
Fue casi increíble para los 'athleticzales' que se acercaron a Montilivi, un buen número, ver cómo su equipo se volvía de vacío a Bilbao dado el fútbol realizado y la gran cantidad de ocasiones marradas.
Las más claras, los tres lanzamientos desde los once metros que el meta argentino les fue deteniendo, sucesivamente, a Alex Berenguer, Iñaki Williams y Ander Herrera. Pero también otras del propio Berenguer, Gorka Guruzeta o Unai Gómez.
La de Unai, en la última jugada del partido, ya con su equipo en inferioridad y después de que Cristhian Stuani hubiese puesto el 2-1 final también con una falta máxima en el minuto 99 del encuentro.
Tremendo el mazazo para un Athletic que quería redondear en Girona un tramo de siete partidos entre parones ligueros sin derrotas notable en la Europa League y aupado a los puestos de Liga de Campeones en la competición doméstica.
Pero su impericia desde el punto de penalti fue histórica porque es más que probable que lo que le ocurrió ayer no le haya pasado nunca que no sea en una tanda desde el punto fatídico.
Porque, aunque estuviese fino Gazzaniga, al que no hay que quitar méritos, lo cierto es que los lanzamientos de los jugadores del Athletic fueron más que defectuosos. Golpeos suaves y rasos que si el portero los lee correctamente los para seguro.
El que lanzó Berenguer, con 0-0 en el marcador, buscó el lado izquierdo, el meta lo adivinó y lo detuvo sin mayores dificultades. Los de Williamas y Herrera, ya con 1-1, fueron peor lanzados aún: suaves, rasos y al centro. Casi como que tiraran a dar al avispado arquero de Murphy.
Williams disparó primero, hubo que repetirse el penalti porque Gazzaniga se adelantó en el lanzamiento, y después lo hizo Herrera. Los dos reconocieron errores técnicos a la hora conectar los disparos, clavado el primero al segundo.
Pareció como que los lanzadores esperaban siempre a que se moviese primero el portero. Lo hacía, pero le tiraban a donde se lanzaba.
Como contraposición, el penalti de Stuani. Lo tiró a un lado pero con la fuerza suficiente para dificultar la parada del meta. De hecho, Alex Padilla llegó a tocar y hasta a desviarlo, pero no pudo evitar que llegase a la red ante la violencia del golpeo.
Fue el colofón al varapalo del equipo bilbaíno, que deberá de nuevo "masticar" -expresión también del propio Valverde- otra derrota en el descuento durante un parón liguero. Como le ocurrió con el anterior, al que llegó después de que Ángel Correa diese la victoria en el añadido al Atlético de Madrid en San Mamés (0-1).
Los leones seguro que le darán vueltas a un partido en el que completaron media hora excelente antes del descanso a lomos de un Oihan Sancet primoroso. Pero se lesionó el navarro, que puso el 1-1 con un golazo generado por Berenguer, y todo fue a peor en otro partido, el tercero, que se le fue al Athletic sobre la hora.
El otro fue el de la jornada anterior ante el Sevilla en 'La Catedral', cuando también en el añadido, el Sevilla se aprovechó de una jugada desgraciada de Padilla, al que le dio en al espalda un despeje de Unai Núñez que repelió el larguero, para llevarse un punto (1-1).
De todos modos, el Athletic llega al parón bien posicionado tanto en LaLiga, en la que es sexto a tres puntos de los puestos 'Champions' tras nueve jornadas, como en Europa, donde ha sumado cuatro puntos en los dos primeros encuentros, que incluían un complicada salida al Olímpico de Roma.
En la capital italiana, curiosamente, empató el encuentro en el tramo final. Lo contrario al 'disparate' de Montilivi que truncó su buena racha. EFE