Redondo pide instalar más pulseras de control a maltratadores: hay casi 3.000 disponibles

La ministra de Igualdad destaca que las pulseras de control telemático han protegido a las víctimas de violencia de género, solicitando su uso ampliado en toda España para garantizar la seguridad efectiva

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Madrid, 7 oct (EFE).- La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha pedido a los jueces que instalen más pulseras de control telemático de ubicación de maltratadores, una medida de protección eficaz puesto que ninguna víctima protegida por este sistema ha sido asesinada: hay casi 3.000 disponibles para su implantación.

Redondo ha informado este lunes de que la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género dispone de 7.600 dispositivos Cometa para poder controlar que los agresores no se acerquen a sus víctimas, de los que en agosto había instalados únicamente 4.749.

La titular de Igualdad ha incidido en que "ninguna mujer con dispositivo Cometa ha sido asesinada", "un dato relevante". Por eso ha pedido a la justicia que considere "este dispositivo como una forma de protección eficaz" y los utilice.

El control telemático de agresores se empezó a aplicar en España en 2009 para vigilar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento por violencia de género y este año se ha ampliado su uso también para la protección de víctimas de violencia sexual, como establece la ley del solo sí es sí.

Ninguna mujer protegida por este sistema, que alerta cuando el hombre se acerca, ha sido asesinada por su pareja o expareja en España y es la autoridad judicial quien debe decretar su instalación

Con tecnología renovada este año, la pulsera de un investigado o condenado se puede sincronizar con el terminal de varias víctimas y también una víctima puede estar protegida frente a varios agresores.

El objetivo de estos dispositivos es garantizar la seguridad de la víctima, documentar un posible quebrantamiento de la orden de alejamiento y disuadir al agresor del incumplimiento de las prohibiciones impuestas judicialmente.

Cuando un juzgado lo decreta, se instala una pulsera en la muñeca o el tobillo del agresor, que también recibe un terminal móvil asociado. Y la víctima o víctimas, un teléfono inteligente de manera que se pueda conocer cuándo el hombre se acerca a ella a pesar de la prohibición de aproximación.

Si el agresor se acerca a la mujer o a la zona de exclusión fija (a la que no puede ir por orden judicial), la pulsera sufre daños o pierde la cobertura, el sistema lanza alerta al centro Cometa y éste actúa en función de la situación: llamando al agresor, contactando con las fuerzas y cuerpos de seguridad y/o hablando con la víctima. EFE

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