La exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya ha defendido la gestión que se hizo desde el Gobierno para acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en la primavera de 2021 y que desencadenó una grave crisis diplomática con Marruecos, subrayando que se trataba de un "ciudadano español" que requería tratamiento contra la COVID-19. "España acoge a un ciudadano español, Brahim Ghali, para ser tratado del Covid en España", ha resumido la exministra en una entrevista en The Diplomat in Spain, recogida por Europa Press, toda vez que el líder del Polisario cuenta con nacionalidad española como quedó demostrado durante el juicio en relación a cómo fue acogido por el Gobierno español. "Esto es así de sencillo", ha esgrimido, lamentando los "ríos de tinta" que hizo correr este asunto. "Me parece la cuestión más debatida pero con menos razones para ser debatida, de nuestra historia reciente", ha sostenido. En cuanto a si la decisión de permitir el traslado a España desde Argelia de Ghali, quien finalmente recibió tratamiento en un hospital de Logroño, la tomó ella o se tomó en Moncloa, González Laya prefiere no entrar en detalles. "Esa es una cuestión absolutamente innecesaria que nunca nos preguntaríamos si se tratara de otro ciudadano español y que, por lo tanto, no tenemos que preguntarnos cuando se trata de este ciudadano", ha sostenido. La exministra tampoco ha querido ser muy concreta sobre si se notificó esta decisión a Marruecos. Cabe recordar que Rabat, molesto con que se le hubiera notificado de antemano como país vecino y amigo, decidió llamar a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, quien no regresaría hasta marzo de 2022 tras la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Mohamed VI en la que se respaldaba el plan de autonomía marroquí para el Sáhara. "Se siguieron todos y cada uno de los pasos propios en una relación diplomática con un país vecino y amigo, todos y cada uno. Y se hizo con el entendimiento, por supuesto, de que se trataba de un país vecino y amigo, pero creo que eso no debe ser óbice para que España acoja a tratarse en España a un ciudadano español", ha defendido. Así las cosas, González Laya ha preferido no entrar a valorar si la crisis se gestionó de forma adecuada y si fue precisamente esta cuestión la que terminó forzando su salida del Gobierno en julio de 2021. "Yo no tengo absolutamente nada que reprochar a nadie por la manera en la que se gestiona la llegada de un ciudadano español a nuestro país, a España", ha asegurado, precisando que no es de las que practica "el intentar rehacer la Historia una vez que la historia está escrita". A su juicio, "la historia reconocerá la atención escrupulosa de un país a sus ciudadanos" durante la pandemia, lo que incluye también el caso de Brahim Ghali. "Y la Historia también tendrá que escribir que hubiera quizás sido importante respetar por todo el mundo esta decisión (...) y no entrar en dimes y diretes o ligar esta decisión a otras cuestiones con las que nada tenía que ver", ha recalcado, incidiendo en que "eso se comunicó a todas las partes interesadas de la manera más directa posible". Por lo que se refiere a su salida del Ejecutivo, evita vincularlo con este caso. "Mi nombramiento lo decide el presidente del Gobierno y mi cese lo decide el presidente del Gobierno y a él le corresponde la decisión", ha comentado, asegurando que fue "un gran honor" haber sido ministra de Exteriores durante casi dos años.