El pastoreo, un oficio en vías de extinción pero que "permite estar cerca del cielo"

La XVIII Fiesta de la Trashumancia en La Rioja revive el pastoreo tradicional, un oficio en declive que ofrece momentos de reflexión y conexión con la naturaleza en un entorno único

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Rebeca Palacios

Lumbreras (La Rioja), 5 oct (EFE).- El pastoreo se ha convertido en un oficio en vías de extinción ante la falta de vocaciones por la pérdida de rentabilidad de las explotaciones ganaderas, pero que, según ha dicho a EFE el pastor riojano Jesús Sáenz, permite "estar más cerca del cielo".

Sáenz ha participado este sábado en la XVIII Fiesta de la Trashumancia, celebrada en la Venta de Piqueras, donde se ha recreado el ambiente de la sierra camerana tras la marcha de los pastores para buscar los ricos pastos de Extremadura.

Este pastor, que se encarga del rebaño municipal de la localidad de Brieva de Cameros, ha conducido un centenar de ovejas por un recorrido de 3 kilómetros, desde Pajares a la Venta de la Luz, donde siempre había un farolillo encendido para acoger a los pastores por la noche.

Así, los asistentes a esta jornada han podido rememorar la experiencia de los pastores trashumantes que dejaban la sierra de Cameros para pasar el invierno con el ganado en tierras más cálidas, de modo que las familias se quedaban "partidas" hasta el mes de junio.

A sus 60 años, Sáenz trabajaba como alguacil en el Ayuntamiento de Brieva de Cameros, localidad de la que desciende su familia materna, cuando le ofrecieron trabajar de pastor.

"Es un oficio que se ha dejado perder porque es una labor esclava estar todos los días del año con los animales y es una actividad económica que ha dejado de ser rentable", ha reflexionado.

Además, ha añadido la falta de formación en esta profesión a pesar de iniciativas como la Escuela de Pastores de Brieva, un proyecto que se puso en marcha en 2020 en esta localidad riojana pero que no se ha consolidado.

A pesar de que él no es pastor "por vocación", ya que hace unos años trabajó como conductor de transporte de mercancía urgente, ha encontrado en la ganadería extensiva una salida a una vida "muy estresante".

"Subir al monte, disfrutar de unas vistas impresionantes y estar tranquilo me permite tener conversaciones conmigo mismo y no tener unos horarios tan estrictos", ha reflexionado.

En las próximas semanas juntará a los machos con las ovejas durante su celo natural de otoño para la paridera, y tener en cinco meses, a partir de febrero, nuevos corderos que son muy apreciados y "ya están vendidos" en la zona burgalesa de Salas de los Infantes.

Estas ovejas, de raza navarra, son pequeñas y tienen una carne muy sabrosa, que está muy cotizada en restaurantes de tierras castellanas, mientras que en La Rioja prefieren corderos más grandes.

Ha subrayado que sus ovejas se crían libres en el monte, por lo que solo comen pastos, están vigiladas por mastines y cuidadas por él y otro compañero, que suben cada día a cerrarlas en un cercado.

Aunque cree que su única hija no le tomará el relevo en este oficio, no descarta que alguno de sus dos nietos, de 7 y 4 años, pueda dedicarse en el futuro al pastoreo y al mundo rural.

Durante este sábado la Venta de Piqueras acoge un mercado, paseos teatralizados, talleres y gastronomía vinculados a la cultura pastoril y un concierto del grupo riojano Vivace Folk. EFE

(foto) (vídeo) (audio)

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