Jose Oliva
Sitges (Barcelona), 4 oct (EFE).- Y al segundo día resucitó la carne y el gore en el Festival de Cine Fantástico de Sitges con 'La sustancia', de la cineasta francesa Coralie Fargeat, en una película sobre la presión ambiental sobre las mujeres, especialmente las artistas, para mantener su imagen en la madurez.
En 'La sustancia', Fargeat ha recuperado a una actriz olvidada como Demi Moore, que da vida al personaje de Elizabeth Sparkle, una actriz en decadencia, que parece haber encontrado la solución a sus problemas cuando descubre un producto milagroso que le permite crear un alter ego que es la versión mejorada de sí misma: más joven, más hermosa, más perfecta.
En su vuelta al certamen de Sitges, donde ya presentó su multipremiada ópera prima 'Revenge' (2017), Fargeat ha confesado este viernes en conferencia de prensa que "este era un proyecto diferente de aquel, pero era un tema que quería tratar de siempre: la manera en que se ve a la mujer y el impacto que eso tiene en su vidas, aunque se ofrece una visión más intimista".
La película, aplaudida por un público entregado a las vísceras 'elegantes' de la película, también ha sido admirada de manera unánime por una crítica que ha apreciado las influencias que destila, de la "nueva carne' de David Cronenberg, al hombre elefante de David Lynch o la escenografía de 'El resplandor' de Stanley Kubrick.
"Son las películas con las crecí, las que despertaron mi imaginación y creatividad, y que al verlas me permitían ver mi vida de forma distinta, porque creo que cada vez que vemos una escena nos impacta y nos inspira, y yo al escribir recibo todas esas influencias que luego adapto a mi estilo cinematográfico, a ese universo tan personal mío", ha dicho la cineasta gala.
Es consciente de que esas influencias juegan un papel primordial en sus películas porque en ellas "hay pocos diálogos".
Sobre Demi Moore, que comparte protagonismo con Margaret Qualley (su alter ego joven en la pantalla), Fargeat ha comentado que "quería una mujer, pero especialmente a una actriz que fuera un símbolo, porque son las que están más expuestas a los ojos del público, que cuando están ante los focos se sienten válidas, pero cuando estos desaparecen llegan los problemas, las inseguridades".
Teniendo en cuenta que la película trata sobre "una de las grandes fobias de las actrices", Fargeat pensó que sería difícil encontrar una que quisiera asumir riesgos, y por eso cuando los productores le sugirieron el nombre de Demi Moore, pensó que no aceptaría.
"Cuando aceptó -ha recordado- quise reunirme con ella para que supiera dónde iba a meterse, para que no hubiera sorpresas posteriores, que supiera que tenía que interactuar con mi manera de hacer cine, la dificultad de actuar con maquillaje, que habría escenas en las que aparece desnuda y quería que se sintiera bien, y que no íbamos a rodar en Hollywood, sino en Francia en un ambiente más indie, y aún así dijo que quería participar".
Para la directora francesa, es bonito volver a ver a un actor o una actriz en un proyecto cuando hace mucho tiempo que ha estado ausente, como en su momento pasó con John Travolta de la mano de Quentin Tarantino.
Leyendo la autobiografía de Demi Moore, Fargeat descubrió "su parte de espíritu libre, más instintiva, que se abrió camino en una industria mayoritariamente masculina" y entendió que "amaba la parte de riesgo".
Aunque en esta película Fargeat ha contado con mucho más presupuesto que en 'Revenge', siempre quiso mantener un equilibrio: "La solución fue escribir sin interferencias, compartir mi idea, y por eso la coproduje, y hacer un rodaje en Francia en una especie de burbuja". Y "esa mezcla de producción internacional, formato indie y la protección de la libertad creativa es lo que da coherencia e intensidad a la historia", ha concluido. EFE
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