Le terna no concreta con seis toros de distintas pero claras opciones de triunfo

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Paco Aguado

Madrid, 4 oct (EFE).- La terna que hizo hoy el paseíllo en Las Ventas, en el que era el cuarto festejo de la feria de Otoño, no acabó de concretar ni completar ninguna faena ante un sexteto de toros de varios hierros y encastes pero que, en distinto grado, les ofrecieron, sin excepción, unas claras opciones de triunfo.

La pobreza del resultado estadístico, con una solitaria vuelta al ruedo para Tomás Rufo y una única ovación para Román, habla por si sola de esa decepcionante e incompleta actuación de los tres matadores, que, más allá de sus fallos con la espada, no lograron emocionar más que en momentos muy contados al público que casi llenó los tendidos de la monumental.

Para empezar, al veterano José María Manzanares le correspondió en primer lugar un fino ejemplar de Puerto de San Lorenzo que, a tono con su encaste "lisardo", marcó una discreta querencia hacia tablas que se fue acentuando a medida que el alicantino no hizo por corregírsela, más pendiente de acompañar con cierto gusto el temple de sus nada exigentes arrancadas, hasta que el animal acabó irremisiblemente en toriles.

En cambio, el cuarto, marcado con el hierro de La Ventana del Puerto, propiedad de la misma familia pero de encaste Domecq, mostró un también limpio y claro recorrido por el pitón izquierdo, a pesar de sus medidas fuerzas, que Manzanares nunca llegó a apurar en un trasteo displicente y de corto metraje.

Román enlotó en primer turno al más voluminoso de Puerto de San Lorenzo, un torancón de 637 kilos que rompió a galopar tras su muleta también con clase y profundidad. El valenciano le ligó las series de pases desde que le abrió la faena en los mismos medios, aprovechando básicamente, y sin gran esfuerzo, la larga inercia de esas arrancadas y logrando así los mejores momentos de su actuación.

Solo que, empeñado en mantener al toro en los medios, a pesar de que le marcaba también un terreno más abrigado, Román ya no logró rematar al mismo nivel, obligado ya a perseguir las salidas desentendidas de un manso enclasado cuyas querencias debió manejar con más tino para poder cortar un trofeo que acabó de perder con la espada.

El sobrero de Juan Pedro Domecq que asomó en tercer lugar fue el más bravo de la tarde, solo que añadiendo a comportamiento un punto de aspereza con el que Tomás Rufo nunca acabó de estar a gusto desde que le abrió de rodillas el trasteo de una muleta con escaso mando y que se dejó tropezar más de la cuenta en el remate de los pases.

El lote de toros del toledano acabaría siendo el más completo y de opciones más evidentes de cara al público, porque el sexto, el otro de los titulares de Puerto de San Lorenzo, le brindó dos docenas largas de buenas y hondas embestidas que tampoco llegó a macizar ni a aprovechar en su totalidad.

Es cierto que Rufo le empalmó a ese fino "lisardo" un par de tandas con ambas manos, pero sin que ninguna de ellas acabara siendo redonda ni limpia, por mucho que se jalearan por un público que, a esas alturas de la tarde, se agarró a esa vistosa irregularidad para romper la monotonía de otra tarde plana y decepcionante en Las Ventas.

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FICHA DEL FESTEJO:

Tres toros de Puerto de San Lorenzo, de buena presencia, que marcaron querencias de manso pero tuvieron clase y profundidad en las embestidas, especialmente el sexto; dos de La Ventana del Puerto (4º y 5º), también bien presentados y manejables dentro de su medido fondo, y un sobrero, en cuarto lugar, de Juan Pedro Domecq, sustituto de uno devuelto lesionado, serio y bravo, con cierto temperamento.

José María Manzanares, de corinto y oro: tres pinchazos y estocada (silencio); pinchazo en los bajos y estocada trasera tendida (silencio).

Román, de celeste y azabache: estocada corta perpendicular y dos descabellos (ovación tras aviso); media estocada desprendida y descabello (silencio).

Tomás Rufo, de corinto y oro: estocada baja (silencio); media estocada atravesada (vuelta al ruedo tras petición de oreja).

Entre las cuadrillas, destacó la brega de Andrés Revuelta con el tercero.

Cuarto festejo de abono de la Feria de Otoño, con casi lleno en los tendidos (unos 20.000 espectadores), en tarde agradable.

EFE

pa/oli

(foto)

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