Madrid, 4 oct (EFECOM).- La patronal de fabricantes Anfac cree que la votación que permite a la Comisión Europea (CE) seguir con los aranceles a la importación de vehículos eléctricos desde China reconoce "que hay un problema pero, al mismo tiempo, trata de evitar, a toda costa, algo que no interesa a nadie, una guerra comercial".
En un videocomentario, el director de comunicación y marketing de Anfac, Félix García, se remite a los resultados de la votación celebrada esta mañana en Bruselas, que, no obstante, abre la puerta a que exista una negociación bilateral con Pekín para encontrar una solución a una medida que divide a los países de la Unión Europea.
"Desde Anfac siempre hemos defendido y defenderemos el comercio libre y justo", subraya García.
Bruselas aplicará de forma definitiva los aranceles durante un máximo de cinco años, después de que los socios comunitarios no hayan alcanzado una mayoría suficiente en contra de la propuesta.
Tras 5 votos en contra (entre ellos, el de Alemania), 10 a favor y 12 abstenciones (incluida la de España), el Ejecutivo comunitario ha concluido que su propuesta "para imponer derechos compensatorios definitivos a la importación de vehículos eléctricos desde China ha obtenido hoy el apoyo necesario de los Estados miembros".
En concreto, serán del 35,3 % al fabricante chino SAIC; del 18,8 % a Geely y del 17 % a BYD, según fuentes comunitarias.
También afectarán a las empresas occidentales que producen en China, como por ejemplo, la estadounidense Tesla, a quien se aplicará un arancel del 7,8 %.
Mientras que a otras que han cooperado con la Comisión Europea durante la investigación que ha llevado a cabo sobre los supuestos subsidios de Pekín a sus compañías se les impondrá una tasa del 20,7 %.
Los aranceles entrarán en vigor, a más tardar, el 31 de octubre, una vez publicados en el Diario Oficial de la Unión Europea, de acuerdo con las citadas fuentes, que han aclarado que se ha decidido no recolectar finalmente los impuestos que los Veintisiete han bloqueado de forma provisional desde principios de julio.
En cualquier caso, Bruselas ha señalado que continuará "trabajando duro" con las autoridades chinas para tratar de encontrar una solución que sea compatible con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Un hipotético acuerdo que podría ser global o bien individual con algunas de las empresas. EFECOM