O Grove (Pontevedra), 3 oct (EFE).- El Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha reivindicado este jueves su triple identidad, catalana, española y europea, y ha alertado de que la identidad llevada al extremo es "una palabra asesina".
Borrell ha lanzado esa advertencia en su intervención en el Foro La Toja-Vínculo Atlántico tras recibir de manos de Felipe VI el premio anual que concede este evento en reconocimiento a su trayectoria y por su labor en el seno de la Comisión Europea.
El jefe de la diplomacia europea ha agradecido la distinción y se ha referido a su labor, que está a punto de finalizar, para asegurar que ha dedicado a ella toda su capacidad física e intelectual, pero que duda de haber aprobado teniendo en cuenta los resultados porque están muy lejos de los que habría deseado.
"Este puesto es una enorme lección de humildad porque constatas cuán difíciles son de resolver los problemas graves que aquejan a la humanidad y cómo muchos de ellos, aparentemente no tienen solución y porque ves cuánta inteligencia y esfuerzo se estrellan contra la estupidez humana", ha añadido.
A su juicio, hace falta una acción pública y voluntad colectiva expresada a través de la acción política para intentar resolver problemas en los que "el reloj ha rebasado los límites críticos para su solución.
Además, ha considerado que los europeos tiene que abandonar lo que ha considerado su "tendencia natural" a adoctrinar a los otros aunque deben estar orgullos de vivir en una sociedad que combina tres valores: libertad política, progreso económico y cohesión social.
Borrell ha destacado igualmente la necesidad de no llevar al extremo los sentimientos de identidad.
"Cuidado con la palabra identidad. Llevada al extremo es una palabra asesina", ha advertido para añadir que la identidad ha servido de bandera de enganche de muchos de los "torrentes de sangre que han inundado la humanidad".
Cada persona ha dicho que tiene su identidad, pero ha considerado que sería bueno que tuviera varias y que no fueran contrapuestas.
Así, ha subrayado que él es catalán y que Cataluña tiene su identidad y su singularidad.
Pero también ha dicho que es español y que no ve contradicción ninguna en ser ambas cosas, como tampoco la ve en sentirse además europeo.
"Las torres de Praga, como las de Pisa, como las de cualquier otro lugar de la geografía europea, son parte de mi identidad, porque ya no nos matamos entre nosotros", ha añadido.
A su juicio, hay todavía demasiada propensión a cuidar el interés nacional olvidando el colectivo, y eso ha recalcado que no va en beneficio de una Europa que cree demasiado pequeña para sobrevivir en el mundo si no refuerza su unidad.
Borrell ha pedido también a los europeos que entiendan que el mundo de hoy es violento, duro, en el que hay quien está dispuesto a utilizar la fuerza para resolver problemas y que "si no estás en la mesa, acabas estando en el menú".
Con Felipe González presente entre los asistentes, Borrell ha recordado que cuando formaba parte de su Ejecutivo, el expresidente le dijo que era necesario más empleo pero que el Estado no podía emplear a todo el mundo y que se necesitaba gente capaz de ofrecer trabajo asumiendo el riesgo de asociar capital con trabajo.
"Por eso el socialismo que tú representaste no era un socialismo contrario a los empresarios. Al contrario- ha proseguido dirigiéndose a González- pretendía fomentar la capacidad de innovación de quien es capaz de asumir el riesgo y, a veces, encontrar en ello su ruina". EFE
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