Juan Manuel Sánchez
Berlín, 2 oct (EFE).- Josep María Berrocal es una de las novedades en el banquillo del remozado Bayern Múnich de baloncesto, cuya principal cara visible es precisamente el entrenador jefe del conjunto bávaro, el exseleccionador alemán Gordon Herbert, y antes de debutar en la Euroliga este jueves frente al Real Madrid, considera que el equipo español "llegará bien" al final de la temporada una vez superado el proceso de adaptación de los nuevos fichajes.
En una entrevista con EFE, el técnico catalán valora de su próximo rival que, aunque "se han marchado jugadores muy importantes como Rudy, el 'Chacho' Rodríguez o los franceses (Vincent Poirier y Fabien Causeur)", se ha reforzado "bien".
"Han cambiado bastantes piezas. Es verdad que Garuba ya había estado antes. Andrés Feliz, al que conozco un poquito, me gusta. Ibaka es un buen complemento interior. Quizá les llevará un tiempo adaptarlos a todos pero no tengo ninguna duda de que llegarán bien al final", afirma.
También confiesa lo "mucho" que le alegra que "le vaya bien a Chus Mateo", entrenador blanco, al que conoce desde hace "mucho tiempo" y del que solo tiene buenas palabras. "Estoy contento de que haya tenido oportunidades y le marchen bien las cosas", considera.
El nuevo Bayern Múnich
En el Bayern, donde formará tándem en el banquillo con el que fuera entrenador de la actual campeona del mundo, tiene claro lo que desean trasladar a la pista en este nuevo comienzo: "Si quieres imaginarte cómo queremos jugar, solo hay que ver a la selección alemana. Hay muchos aspectos de cómo juega Alemania que queremos hacer nosotros. Buscamos esa mezcla de darle libertad al jugador con la organización y utilización de los sistemas para sacarles su calidad".
Para ello cuentan con varios de los integrantes del combinado nacional germano, como los aleros Nick Weiler-Babb y Niels Giffey, el escolta Andreas Obst o los recién incorporados Johannes Voigtmann y Oscar da Silva, este último procedente del Barcelona, a los que "conoce muy bien a Herbert", además de otras incorporaciones como el base puertorriqueño Shabazz Napier o el también exterior israelí Yam Madar, de los que, opina, "quizá necesiten más tiempo en entender" lo que quieren de ellos.
El que sí continúa en el equipo que la pasada temporada dirigía Pablo Laso, es el capitán del equipo, el serbio Vladimir Lucic: "Es de esos jugadores de los que no te das cuenta del potencial que tienen hasta que trabajas con ellos día a día. Es un tipo con ganas de aprender y ayudar. Y eso se nota. Este año está motivado para dar ese salto de calidad. Es fácil hablar con él y es alguien al que hay que escuchar", destaca del alero.
Para el encuentro entre alemanes y españoles el Bayern inaugurará casa, el SAP Garden, con capacidad para más de 12.000 espectadores, al que también deberá adaptarse la escuadra bávara: "Aún no hemos entrenado en el nuevo pabellón. Solo lo hemos visitado para saber cómo acceder. Todavía tienen que desmontar la pista de hielo que hay encima -donde juega el Red Bull Múnich-. Es totalmente nuevo. Es muy grande y muy bonito. Aún lo están acabando", indica.
El propio Berrocal reconoce que le "sorprendió" la llamada del propio Herbert, al que, por lo poco que ha podido compartir con él, valora como "una grandísima persona, con un gran conocimiento y superorganizada y metódica, que tiene claro lo que quiere", además de ser un "muy buen comunicador con el grupo", que "sabe cómo llegar a los demás y motivarlos".
"Todo es nuevo. Cuando llegas a otro país te adaptas a él, a su cultura y al propio club. Es un proceso de conocernos todos, normal y natural. Tenemos que adaptar piezas y saber cuáles son las virtudes y los defectos. Todavía es pronto para decidir los roles de los jugadores", añade sobre su aterrizaje en el equipo.
Sobre lo que se ha encontrado en el baloncesto de su nuevo país, el catalán resalta que en la BBL (la primera división del baloncesto germano) "los jugadores tienen más o menos la misma talla, no muy grandes, todos muy móviles y con intensidad y cambios, con un ritmo muy alto", lo que la hace, a su juicio, "posiblemente de las ligas más rápidas del mundo", mientras que "la Euroliga es diferente", por lo que "el buen entrenador tiene que entender" los dos estilos de juego.
"Cada liga tiene su tipo de baloncesto. En España, aunque hay diferencias, ha cosas muy comunes entre la Liga Endesa y la Euroliga o la Liga Endesa y la Eurocopa", contrapone.
Para el barcelonés "el objetivo del Bayern es competir al máximo cada día", dado que la temporada es "una maratón": "No puedes pensar en la meta final cuando solo llevas un kilómetro y te faltan cuarenta. No podemos pensar en otra cosa que no sea el partido contra el Real Madrid. Seguro que luego hay algún equipo que no cumple las expectativas porque con la de grandes plantillas que hay, no todos pueden llegar al final", refleja.
Berrocal, con experiencia en el Barcelona -con el que fue campeón de la Euroliga junto a Xavi Pascual-, el Baskonia, el Panathinaikos o el Maccabi Tel Aviv, sostiene que "cuando estaba en equipos que jugaban la Final a Cuatro", no se daba "cuenta de lo difícil que es llegar a ella", algo que valora después, "cuando no la juegas".
"Clasificarte para la Final Four es una odisea brutal. Y luego es una competición totalmente diferente a lo que es la Euroliga, porque es muy abierta. Solo hay que ver lo que pasó hace dos años, cuando el Real Madrid parecía eliminado, remontó en 'play off' contra el Partizan y acabó ganando el título", argumenta.
Berrocal dice de sí mismo que es "una persona trabajadora, que trabaja para el equipo" y que tiene "claro" que su labor "es ayudar al primer entrenador".
"Con los años de experiencia que tengo, y al haber sido también entrenador principal, creo que entiendo más cómo afrontan los primeros técnicos este tipo de competiciones. Ayudo a ser un poco más gestor del grupo y organización del equipo. Valoro mucho la experiencia de estar en tantos clubes grandes de la Euroliga", explica Berrocal.
Preguntado por el equipo cuyo banquillo más tiempo pasó, el Barcelona, destaca que su nuevo técnico, su paisano Joan Peñarroya, "es muy competitivo e impregna rápidamente a sus equipos de lo que quiere".
"Seguro que está ilusionado y contento de llegar a un equipo como el Barcelona. Va a sacar provecho al equipo y lo va hacer competir. Su Baskonia ya jugaba bien en ataque, con muchos puntos y posesiones. Conozco su equipo técnico y el Barcelona está en buenas manos", alaba.
El entrenador de 54 años llega a la capital de Baviera tras dos años intensos en Tel Aviv, sobre todo el último, al que califica, a raíz del clima bélico que azota a Oriente Medio, como "el más duro" de su vida personal.
"No llegué a tener miedo, sí a lo mejor algo inquietud después de lo que pasó el 7 de octubre y teníamos que coger al día siguiente un vuelo a Chipre. Se me juntaron esta guerra, que mi familia volvió a Barcelona, que perdí a mis padres... fue superbestia. Todavía estoy pagando este año las consecuencias por la energía que tuve que poner para poder salir adelante", detalla.
El preparador esgrime que cuando ve la situación del país "desde la distancia" se "entristece mucho", y , aunque "tenía la intención" de quedarse en el Maccabi, atestigua que "hay que valorar el estar en otro lugar en el que estés más tranquilo".
"Una cosa es el país y la otra es el Maccabi. Yo en el club estaba muy a gusto y el trato con el entrenador Oded Kattash era excelente. La situación allí es muy delicada, no hay más que ver lo que sucedió ayer. Cuando recuerdo que hacía mi vida normal en Tel Aviv, caminando o cogiendo el tren y ves esto, te da que pensar", profundiza. EFE.
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