Madrid, 1 oct (EFE).- Más de 200.000 personas en España padecen sordera en grado profundo y el implante coclear es actualmente el único tratamiento para el abordaje terapéutico de esta pérdida auditiva, pero solo el 5,7 % de los candidatos adultos tienen acceso.
La Federación AICE (Asociaciones de Implantes Cocleares de España) ha presentado este martes en el Congreso la plataforma 'Ser Oído' en favor de un mejor acceso al implante coclear de las personas mayores con pérdida auditiva profunda, ya que esta situación predispone a una pobre comunicación y a una mayor tasa de demencia.
Y es que, según ha informado AICE, por cada diez decibelios de pérdida auditiva, el riesgo de aislamiento social aumenta en un 52 %.
Estos dispositivos están cubiertos por el Sistema Nacional de Salud, pero factores como el estigma, la necesidad de formación especializada para sanitarios, las deficiencias en el proceso de derivación de pacientes y las limitaciones presupuestarias de las comunidades dificultan su implementación.
El tratamiento con implantes cocleares reduce hasta un 47 % el empeoramiento de las habilidades de pensamiento y memoria en personas mayores con más riesgo de deterioro cognitivo.
En declaraciones a EFE, la presidenta de la Federación AICE, Inmaculada Soto, ha señalado que pese a que la sanidad pública cubre el implante coclear, "el mayor escollo es la falta de información y formación. Hay muchos médicos que dicen al paciente que el implante es solo para los niños, y eso no es verdad".
Según Soto, "con los cribados neonatales a los niños se les hace el implante de manera rápida y bilateral, pero a las personas mayores no se les da esa urgencia y se quedan en la lista de espera". Además, la Fundación encuentra que hay muchas desigualdades, en función de las comunidades autónomas.
Otro problema en adultos con sordera profunda es el diagnóstico precoz, ya que la mayoría tarda en acudir al especialista con una demora media de siete años.
Soto ha lamentado que se haya normalizado que las personas de la tercera edad con sordera profunda estén ausentes de las conversaciones cuando podrían participar activamente si hubieran recibido el tratamiento adecuado.
"Es una situación que queremos cambiar, por lo que el acto del Congreso supone una declaración de intenciones en esa dirección por parte de asociaciones médicas y de pacientes", ha aseverado.
La iniciativa de la Federación AICE busca sensibilizar a los profesionales sanitarios y al conjunto de la sociedad para combatir el estigma relacionado con la pérdida de audición y la negación de ésta.
Además, pretende impulsar la detección y el tratamiento precoz con una financiación sostenible que garantice un acceso más equitativo al conjunto de los pacientes.
Según el INE, en España hay 1.230.000 personas con una pérdida auditiva de distinto tipo y grado, de las cuáles más de 200.000 la padecen en grado profundo.
Se trata de un problema que perjudica especialmente a los mayores de 65 años, ya que además de predisponer a estas personas a una menor comunicación, les provoca menos actividad cognitiva.
Durante la jornada, la responsable de audición de la OMS, Shelly Chadha, ha afirmado que la pérdida auditiva no tratada impacta económicamente en la sociedad, "ya que supone un enlace directo al aislamiento y acelera los procesos de demencia".
"La salud auditiva es esencial y debe tratarse a través de un cambio de mentalidad social y de estrategias de salud pública como la creación de un cribado auditivo universal a partir de los 55 años y acceso a tecnología y servicios de rehabilitación", ha señalado.
También ha intervenido el vicepresidente de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC), Serafín Sánchez, que ha apostado por crear una base de datos de usuarios a nivel nacional, que permita identificar necesidades no cubiertas de las personas con pérdida auditiva en grado profundo.
Hasta el momento, 79 entidades, entre las que se encuentran las principales asociaciones de pacientes, profesionales y sociedades médicas y científicas, así como 2.500 firmantes se han adherido al manifiesto de 'Ser Oído'. EFE