Rafael Peña
Ceuta, 30 sep (EFE).- El presidente de la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB), Juan María Gavaldá, ha considerado que el entrenador español de élite está "muy reconocido mundialmente y es admirado", ya que antes, la referencia "eran los técnicos yugoslavos" y ahora "son los españoles", aunque haya "muy poco trabajo".
En una entrevista con EFE en Ceuta, donde se encuentra participando en unas jornadas formativas, Gavaldá ha afirmado que el técnico español de élite "es muy bueno mundialmente". "De hecho, esta temporada en los banquillos sólo hay tres extranjeros, además de que los españoles forman parte de los 300 mejores del mundo, lo cual es muy complicado", ha añadido.
"Tenemos entrenadores españoles en todos los continentes, algunos llegados por vocación, otros por amor o por el motivo que sea. El caso es que tenemos gente de reputación tanto en chicos como en chicas", ha confesado.
Gavaldá, que estuvo unos años apartado de la alta competición para ejercer como comentarista técnico de los partidos de baloncesto retransmitidos por TVE, tiene claras las claves del éxito: "la enseñanza de ser entrenador, la metodología y el seguimiento, y el no perder las pautas que te convierten en un buen técnico, de ahí nuestra gran reputación a todos los niveles".
El extécnico, que también es presidente de la Unión Europea de Asociaciones de Entrenadores de Baloncesto, sí ha lamentado las estadísticas que se encuentra a la hora de referirse a técnicos de base.
"El 99,6% no son profesionales. Entiendo como profesional el que coge la maleta y se va a la población o el país de al lado a entrenar, y sólo el 0,4% lo hace, por lo que considero que uno de los grandes elementos para el entrenador profesional son sus códigos éticos: de trabajo, de comportamiento y con tus jugadores", ha comentado.
Invertir esa estadística es "complicada porque es posible que haya entrenadores que sueñen con llegar a ser, pero sin perder ese sueño, y es muy importante que entiendan cuál es la base y les permitirá ser sólidos en su sueño", ha puntualizado a EFE.
Ha puesto como ejemplo la participación este verano en Massachusetts (Estados Unidos) de ocho entrenadores nacionales -tres mujeres- "entrenando allí durante una semana con dos academias y han vuelto encantados de la experiencia, sobre todo por lo bien que hablan del entrenador español".
Por ello, ha valorado que una de las tareas principales de la AEEB "es invitarles a pensar que siempre ahí algo más allá, con programas nacionales e internacionales, y dejarles claro que su labor principal es educativa para ayudar a construir a una persona a través del baloncesto. Luego debes tener un efecto camaleónico que una temporada te permita entrenar a un minibasket masculino, al siguiente un junior femenino y luego a un sub'23".
Ha recordado su paso por la ACB como entrenador en clubes como el TDK Manresa (1986-1987), el Valvi Girona (1988-1989) o el Argal Huesca.
"No añoro esa etapa porque en la vida cada momento tiene su perfil y hay que saber trasladarlo a tu día a día, porque cuando fui entrenador de élite tuve que aparcar mi trabajo como arquitecto, lo cual era un sufrimiento, pero luego cuando no me llamaban para entrenar y ejercía como arquitecto echaba de menos las pistas", ha señalado.
En relación a la competición actual, ha comentado que "se traduce a nivel internacional con éxitos como campeones del Mundo o de Europa".
Ha precisado que "cuando tu recorrido como entrenador tiene bastante longitud en tiempo, has estado en diferentes proyectos semi o incluso profesionales y no quieres parar debes irte al extranjero, con todo el componente de riesgo que ello conlleva, igual que otras profesiones".
También ha valorado el trabajo "impagable" de las federaciones autonómicas en el recorrido de los jugadores, así como de las propias familias.
"Hemos pasado de una etapa de hace veinte años donde los padres sólo tenían que llevar a su hijo a jugar el sábado, pero ahora incluso van a jornadas de puertas abiertas tres veces al año para verlos entrenar y progresar", indicó.
El tarraconense, que durante diecisiete años fue profesor de la Federación Española de Baloncesto (1990-2007), le ha concedido mucha importancia a la labor formativa.
"Deben entender que lo más importante es captar la esencia de la situación, es decir, que van a tener la mayor parte del tiempo en sus manos a unas personas muy jóvenes y que tienen ilusión por lo que hacen. Deben ayudar a que amen el deporte primero y el baloncesto después, porque van a manejar a gente que empieza a muy temprana edad", apuntó.
A pesar del paso del tiempo, tiene claro que lo que no cambia "es la naturaleza de cómo empiezas, es decir, recibes a jóvenes preparados para aprender y hay que activarse desde el principio pensando en eso, no en otras cosas".
Gavaldá sí valora que los entrenadores "ahora tienen mucho más apoyo porque pueden convivir siendo jugador y entrenador, y todo funciona mejor ya que hay programas detrás ilusionantes y sólo hay que saber enviar los mensajes correctos en cada momento: hay que tener buenos conocimientos, actitud y también un reconocimiento administrativo a nivel de dinero", consideró.
"El baloncesto es muy difícil poder acometer a un cierto nivel si no tienes un instructor que te maneje, por lo que cuanto más invirtamos en cariño, formación y mensajes a los entrenadores mejor llegarán los jugadores", ha precisado. EFE
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