Madrid, 30 sep (EFE)- La periodista Josiane Barragán, una de las personas que ha llegado este lunes al aeropuerto de Madrid-Barajas procedente de Beirut huyendo de los bombardeos israelíes, cuenta, nada más pisar suelo español, el dolor que siente por los que deja allí: "Estamos devastados, nos bombardean cada minuto".
"La situación es muy mala. La gente tiene miedo, no sabe qué va a pasar mañana porque estamos aterrorizados y nos bombardean todos los días. La gente sale sin papeles, sin nada de sus casas y duerme en las calles", describe esta periodista de 50 años a los colegas españoles que le han preguntado a la salida del vuelo.
En los ojos de Barragán se aprecia cómo rememora imágenes difíciles de olvidar: compatriotas deambulando por las calles de los alrededores de Beirut, gente de 80 y de 90 años sin agua, durmiendo en el suelo, junto a las carreteras.
Se siente aliviada por haber llegado a España, pero está muy preocupada por quienes deja atrás: "Estamos muy preocupados. Aún no ha terminado. Recién empezó".
En el mismo vuelo ha llegado Sahar, una joven que viene con su hijo de tres años de la mano, que también es consciente de lo mal que está la gente, de que es "horrible" esta situación que la aleja de su país que no puede olvidar.
Pero esta joven no quiere que su pequeño vea la guerra, que tenga miedo, que crezca con esos sentimientos. Por eso decidió venir a Madrid, aunque fue difícil encontrar un billete de avión.
En la zona de llegadas del aeropuerto la esperaba una mujer, su madre y su padre viven en España, y el pequeño no ha dudado en lanzarse a sus brazos, mientras ella se ha encaminado a la salida empujando un carrito cargado de maletas, que espera que alguna vez vuelvan a su país. EFE