Melilla, 26 sep (EFE).- Los cambios que ha experimentado la frontera terrestre entre España y Marruecos en Melilla desde la pandemia del coronavirus, primero con su cierre y a partir de mayo de 2022 con una apertura restringida, también han modificado el perfil de las víctimas de trata en la ciudad autónoma.
A preguntas de los periodistas, la jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia Sobre la Mujer, Laura Segura, ha explicado que los perfiles de víctimas de trata que están encontrando ahora en Melilla “no tienen nada que ver” con los que había antes de la pandemia debido al cambio de la situación fronteriza.
Entre las víctimas hay “mujeres cada vez más jóvenes”, según Segura, que también ha precisado el cambio que se está dando en el contexto donde se desarrolla la explotación, que ha pasado de las calles a pisos, plataformas digitales “o incluso a la propia pornografía”.
Esta ha sido una de las reflexiones que se han puesto sobre la mesa durante las IV Jornadas de trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, que han sido inauguradas este jueves con el título “Mujeres en contexto de prostitución. La respuesta ante una vulneración de Derechos Humanos”.
Segura ha destacado que la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es “una violencia muy invisible” a la que ahora están poniendo datos, pero que “es desconocida para la mayor parte de la sociedad” y en la que más del 90 % de las personas que son explotadas sexualmente son mujeres y niñas.
Ha explicado que no se suele asociar la trata y la explotación con la prostitución, por lo que uno de los objetivos de esta jornada es “demostrar que la trata no es un fin en sí mismo, que la trata es un medio que lo que utiliza es la captación de mujeres para que finalmente sean explotadas”.
Por ello, ha insistido en que es una violencia que debe superarse y abordarse desde diferentes administraciones, y también desde la propia sociedad, con soluciones a través de políticas abolicionistas “que señalen a los explotadores y a los proxenetas” que explotan a “miles y miles de mujeres y niñas en España cada año”.
Por su parte, Ezequiel Escobar, director ejecutivo de la ONG Fiet, ha defendido la abolición como la única respuesta, que no es solamente prohibir, sino que también “es educar, apostar por dignificar, levantar, dar respuestas para una restauración completa, una reflexión real que necesitamos en la sociedad”.
Esta ONG está atendiendo en Melilla a más de 60 mujeres en situación de riesgo extremo de volver a caer en situación de ser víctimas de trata o volver a contextos de prostitución. EFE