La Fiscalía demanda que la UE reconozca los delitos de odio como eurodelitos

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Madrid, 26 sep (EFE).- La Fiscalía General del Estado considera necesario disponer de más herramientas legales para perseguir los discursos y los delitos de odio: que la Unión Europea los reconozca como eurodelitos y mejorar la tipificación de los delitos relacionados con la discriminación y la integridad moral en el Código Penal mejoraría esta lucha.

La II Jornada de innovación en intervención con delitos de odio, organizada por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) y celebrada este jueves en Madrid, ha puesto de manifiesto que la infradenuncia y la infradetección son uno de los mayores problemas para atajar esta problemática creciente.

En su intervención, la fiscal adscrita a la Unidad contra los delitos de odio y discriminación de la Fiscalía General del Estado, María Jesús Raimundo, ha indicado que en 2023 se triplicaron por tres las diligencias de investigación por delitos de odio, si bien ha destacado que la infradenuncia es "preocupante".

Se denuncia poco, se detecta poco, las propias víctimas muchas veces no son conscientes de la gravedad de los hechos sufridos, son necesarias la formación y la sensibilización para proteger mejor a las víctimas y serían deseables más herramientas legales para que estos actos no queden impunes (ya sea por la vía penal o por la vía administrativa).

Raimundo ha demandado que las leyes y el sistema permitan una mayor "fluidez" para que los hechos no prescriban, que se afine el Código Penal en la tipificación de los delitos que tienen que ver con la discriminación y la integridad moral y que la Unión Europea aborde "el tema pendiente de que los delitos de odio pasen a ser eurodelitos".

El secretario de organización de la FELGTBI+, Ignacio Paredero, ha denunciado un aumento de los delitos de odio contra el colectivo LGTBI (según datos de la última encuesta realizada por la Federación, el 40 % de las personas que lo integran ha sufrido algún acto de odio) y ha señalado que sólo el 16,5 % de las víctimas denuncia.

Las causas para no denunciar son la creencia de que no va a servir de nada, la minimización de la relevancia del hecho, la falta de pruebas, el miedo a una respuesta lgtbifóbica de la policía y la vergüenza.

Entre quienes denuncian, ha continuado Paredero, uno de cada cuatro vio cómo la policía minimizaba los hechos, al 24 % le hicieron sentir mal durante la interposición de la denuncia y al 18 % le hicieron preguntas incómodas.

Paredero ha sostenido que existe un "descuadre gigante" entre el número de víctimas de delitos de odio del colectivo LGTBI, las que denuncian, los hechos que se detectan y se investigan como delitos de odio y las que terminan en condena (sólo 29 condenas por delitos contra la orientación sexual e identidad de género en cinco años).

"Hay muchísimas agresiones que no se denuncian, pero las que se denuncian no se reconocen como delito de odio en su mayoría y las que llegan a sentencia son muy poquitas", ha criticado.

El jefe de la Oficina Nacional de lucha contra los delitos de odio y discriminación del Ministerio del Interior, Tomás Fernández, ha reconocido que existe una "falta de confiabilidad" en las instituciones y en los cuerpos policiales para denunciar estos hechos y que se está trabajando en la formación de los agentes para cambiar esta situación.

El experto ha explicado que la orientación sexual y la identidad son el segundo ámbito en el que se registra un mayor número de delitos de odio, sólo por detrás del racismo, y ha destacado que existe una correlación entre el discurso de odio en internet y las actuaciones en el mundo 'offline'.

En la jornada se ha incidido mucho en el impacto de las redes sociales en el aumento de la lgtbifobia y los discursos de odio.

En ese sentido, la abogada Laia Serra ha incidido en que las plataformas digitales son privadas y tienen un modelo de negocio que prima el número de clics y que es incompatible con la promoción y el respeto de la diversidad.

"Es una tecnología que no es neutra. Se está haciendo demasiada poca crítica sobre la falta de neutralidad de esta arquitectura en la que suceden, se permiten, se fomentan y se facilitan las violencias", ha criticado la jurista. EFE

vmg/aam

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