Junts considera "falacias" los argumentos esgrimidos por el Ministerio de Hacienda contra su propuesta de reservar un tercio del límite total de déficit para las comunidades autónomas y de que Bruselas no lo permite. Rebate esa tesis incidiendo en que Bruselas sólo fija el porcentaje total de la administración pública, pero que la división entre todas ellas corresponde al Estado. De hecho, recalcan que en 2012 ya se reservó más de un tercio a comunidades y ayuntamientos. Así lo explican fuentes del partido de Carles Puigdemont que señalan que, en concreto, en 2012, de cada 100 euros, la Administración General del Estado (AGE) se quedaba 63, y 36 iban comunidades autónomas y locales. Según reseñan, eso cambió en 2014, cuando se pasó de un 82% a favor del Estado y un 18% para las demás administraciones. Esa modificación llevó a que el Parlamento de Cataluña aprobara aquel año una resolución impulsada por ERC, pidiendo volver al reparto anterior, es decir, al tercio que ahora exige Junts para renegociar con el Gobierno una nueva senda de estabilidad. Las mismas fuentes rechazan, asimismo, el discurso de Hacienda de que con la propuesta de senda de déficit que el Gobierno ha llegado a aprobar hasta dos veces en el Consejo de Ministros, la AGE hace un "gran esfuerzo" porque se reduce en ocho décimas su tope de déficit, mientras que el de la administración local y autonómica se recorta sólo en una décima. Y es que, recalca Junts, ese recorte de ocho décimas se hace sobre tres puntos enteros mientras que el resto se reduce una décima de la décima que ya tenían y lo pierden todo. VIBRAR NO ES MOVERSE Desde Junts no aclaran si ya han empezado a negociar su petición con el Gobierno y se limitan a recalcar que ambas partes han hecho públicas sus intenciones: ellos la reclamación de ese tercio para las comunidades y el Ejecutivo su disposición a negociar una nueva senda, tras constatar que no iba a contar con el apoyo de Junts. La formación independentista admite que el Gobierno reaccionó al retirar la votación sobre los objetivos de estabilidad del Pleno del Congreso de esta semana, pero sostiene que aquello sólo fue "vibrar", que no es lo mismo que "moverse", y que ahora Hacienda tendrá que mover ficha. Lo que sí destacan los independentistas es que no han empezado a hablar de los Presupuestos para 2025 que el Gobierno dice estar dispuesto a llevar al Congreso con independencia de que logre o no el aval a los nuevos objetivos de estabilidad. Los de Míriam Nogueras reiteran que ellos siempre negocian "carpeta a carpeta", que no se les puede vincular al bloque de investidura y que únicamente apoyarán aquello que consideren que beneficia a Cataluña. MONCLOA QUIERE TRAER EL TECHO DE GASTO EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS El Gobierno, de su lado, espera aprobar definitivamente la senda de estabilidad en las próximas semanas, cuando tengan claro si son capaces de sacarla adelante aunque, según trasladan fuentes gubernamentales, no van a esperar a que se celebren los congresos de ERC y Junts para afrontar este paso. El Ejecutivo hace esta precisión al día siguiente de que el presidente Pedro Sánchez anunciase que esperará a que las dos formaciones catalanas superen sus cónclaves, para intentar aprobar nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2025, para los que de momento no tiene garantizados los apoyos. En Moncloa son conscientes de que tienen que esperar a que ERC y Junts renueven sus direcciones y fijen su estrategia política para definir cuál va a ser su relación con el Gobierno Central a partir de este momento. Su deseo es que se impongan los partidarios de seguir respaldando al Ejecutivo de Sánchez y que las nuevas Cuentas tengan luz verde, lo que prácticamente garantizaría la continuidad de la legislatura. En la misma línea, las citadas fuentes señalan que en este momento únicamente negocian con los de Carles Puigdemont el techo de gasto y coinciden con Junts en señalar que todavía no han empezado a hablar de Presupuestos. Ese será otro paso diferente y en el Gobierno son conscientes de que tendrán que negociar con Junts votación a votación. Admiten además que les perjudica la pugna abierta entre Junts y ERC porque cada vez les piden más a cambio de sus apoyos. En este sentido cabe mencionar que los republicanos consideran un error volver a abrir la negociación sobre la senda de estabilidad, pero una vez que el Gobierno ha dado ese paso exigen participar y pondrán sus peticiones sobre la mesa.