Madrid, 25 sep (EFE).- La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, trata de aplacar el malestar creciente de Podemos con el Gobierno -el último choque por la situación de un grupo de saharauís a la espera de ser deportados- para no perder un apoyo parlamentario, que también es clave.
"Ustedes se tienen que sumar a la mayoría parlamentaria, hemos conseguido acuerdos", ha subrayado la vicepresidenta en la sesión de control del Congreso donde la líder de Podemos, Ione Belarra, ha afeado al Ejecutivo que "no haya sido capaz de cuidar a la mayoría de investidura" acumulando por ello "derrota tras derrota".
Una recriminación que ha empezado por criticar que el lunes se le impidiera ejercer su labor de fiscalización al Gobierno al impedirle la entrada en la sala de inadmitidos de Barajas donde, según ha dicho, hay un grupo de 30 saharauís cuya vida corre peligro si vuelven a Marruecos, entre ellos una niña de año y medio.
Podemos, cuyos cuatro escaños también son determinantes para armar mayorías en la Cámara, ha cargado contra el Ejecutivo por "traer opositores peligrosos", en alusión a Edmundo González, hablar de deportaciones masivas o "decir que van a gobernar con o sin apoyo parlamentario", ha señalado la líder morada.
Montero ha invitado a Podemos "a permanecer en el diálogo y en el acuerdo", teniendo en cuenta sus exigencias, pero teniendo en cuenta -ha precisado- que el Gobierno y la mayoría parlamentaria que lo sustenta busca "articular políticas públicas que mejoren la vida de la mayoría del país.
Y por eso, pese a las discrepancias que ha reconocido que el Ejecutivo tiene con Podemos, "deben entenderse".
Montero se ha mostrado convencida de que se van a entender, recordando las 17 leyes que han sacado adelante, pero no le ha respondido sobre el caso concreto de los saharauís que permanecen en el aeropuerto, aunque se ha comprometido con Belarra a informarse y darle traslado a su grupo.EFE
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