Iair Said se rebela contra el cine "cool" de temática gay en una cinta sobre el duelo

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Marina Estévez Torreblanca

San Sebastián, 23 sep (EFE).- 'Los domingos mueren más personas' es una película sobre el duelo de una familia judía de clase media ante la muerte del padre en la que su director y protagonista, Iair Said, también se expone para mostrar los cuerpos reales y "cargados de dolor" que a menudo desaparecen de las películas de temática gay.

"Hay algo para mí en embellecer el cine que no me gusta ni me interesa para nada", explica Said en una entrevista con EFE este lunes, el mismo día que se estrena su película en la sección de Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián.

En la cinta, David regresa a su casa de Buenos Aires desde Europa para acompañar a su madre (Rita Cortese) mientras su padre yace en coma. Trata de mitigar su angustia existencial intentando mantener relaciones sexuales con quien le preste un mínimo de atención.

La película es una ficción con elementos autobiográficos, explica el realizador, que anteriormente ha dirigido el documental 'Flora no es un canto a la vida' y ha sido director de casting en filmes como 'La sociedad de la nieve', de J.A. Bayona.

"Cuando murió mi papá, uno de los mensajes que más recuerdo es de un conocido amigo mío al que se le había muerto el padre, que me dijo 'bienvenido al club', y eso me dio tranquilidad", relata. Por eso, con esta película Said quiere "generar empatía" con quien atraviesa el duelo, porque "de la muerte casi no se habla", remarca, y "el mundo sigue girando mientras uno se rompe por dentro".

Said reflexiona que "sentirse solo durante todo ese tiempo es muy peligroso, porque te sentís muy incomprendido, porque sentís que nadie te entiende más que los que pasaron lo mismo", durante un periodo que puede prolongarse incluso años. "Entonces, me parece bien intentar bajar la realidad y decir esto nos va a pasar a todos y no debería ser el fin del mundo".

También quiso retratar cómo se vive esta situación en una familia judía argentina de clase media, en la que los rituales a veces "retuercen el dolor" por ejemplo rasgando las vestiduras, pero también ayudan a atenuar el golpe.

Además, en la cinta se destaca el componente económico de la muerte: "nadie te avisa de que tienes que pagar cosas, que va a haber un sueldo menos en la casa, y es muy difícil pensarlo porque se te murió un familiar, pero al mismo tiempo tienes que ir a pagar la tarjeta de crédito, el velatorio, el entierro", subraya.

A través de su protagonista, la película aborda otros temas como mirar la homosexualidad sin un filtro de esteticismo: "siento que en las películas LGBTQI no siempre hay diversidad de cuerpos, hay muy pocas películas con hombres gordos", subraya, algo que siempre le ha hecho sentir excluido.

"Siento que me expongo de una manera que no me gusta, no me divierte estar ahí desnudo, pero para mí era importante contar así la historia porque existen esos cuerpos que no son perfectos, que no tienen abdominales, que tienen lunares, que tienen marcas. Esos cuerpos cargados de dolor", dice Said, que tampoco apenas maquilla ni peina a los personajes. "No quería hacer una película cool, o canchera, de ninguna manera", concluye. EFE

met/bal

(foto)

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