Ermonela Jaho se corona en la apertura de temporada del Real con 'Adriana Lecouvreur'

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Javier Herrero.

Madrid, 23 sep (EFE).- Con "una corona hecha de hierbas trenzadas" y cantando que el escenario es "su trono", la soprano albanesa Ermonela Jaho ha sido elevada este lunes a los altares del Teatro Real en la apertura de la temporada 24/25 con la ópera 'Adriana Lecouvreur', de Francesco Cilea (1866-1950).

Esta coronación simbólica se ha producido con auténtica pompa real, pues don Felipe y doña Letizia han querido presidir por octavo año consecutivo el arranque de la programación oficial y sus aplausos se han sumado a los del resto de los asistentes, más ocho minutos de reconocimiento no solo para la protagonista, sino para todos los implicados.

En la primera ocasión en la que esta ópera recala en este espacio, calurosamente se ha recibido el trabajo del director al frente a Orquesta del Teatro Real, Nicola Luisotti, ante una partitura elegante, que combina el lirismo más íntimo y los estallidos de pasión, especialmente en el cuarto y último acto.

Musicalmente hablando, se inscribe en los últimos ramalazos del gran melodrama romántico italiano tras la estela de Verdi, e incluye tintes veristas, un estilo en el que Cilea destacó, así como elementos de la ópera francesa finisecular, no en vano la acción se desarrolla entre los preparativos de una función en los bastidores de la Comédie-Française, donde trabaja la protagonista.

Ha habido aplausos también para la dirección escénica de David McVicar, estrenada por primera vez en el Covent Garden londinense en 2010 y que, lejos de introducir contemporaneizaciones forzadas, mantiene la acción en el siglo XVIII, con un vestuario espectacular diseñado por Brigitte Reiffenstuel.

Estrenada por primera vez en el Teatro Lírico de Milán en 1902 con la participación de Enrico Caruso, recrea la vida de una actriz real que murió joven, probablemente asesinada, tras ser amante de personajes de la aristocracia y las artes como Voltaire.

Aún hoy ejerce como un alegato a favor de aquellas mujeres de clase baja que desde el escenario y entre bambalinas hacían volar la fantasía de las clases altas en todos los sentidos, pero a las que la Iglesia negaba entonces hasta un entierro cristiano por considerar su profesión inmoral.

Bajo la piel de Lecouvreur, pocas opciones mejores que Jaho para un papel que para transmitir todo su sufrimiento requiere tanto el canto como grandes dotes de actriz, algo que ha demostrado aquí mismo en años recientes al brillar con papeles agónicos en 'La boheme' o, en la temporada pasada, en 'La voz humana' de Francisc Poulenc.

El conjunto no habría funcionado sin embargo si la albanesa no se hubiese encontrado una antagonista a su altura. La mezzosoprano Elīna Garanča, que debuta así en una ópera en el Real, le ha dado la medida como la caprichosa y vengativa princesa de Bouillon y suyos han sido también buena parte de los aplausos y vítores.

A su lado, también cabe destacar el trabajo del barítono Nicola Alaimo como Michonnet y del tenor Brian Jagde como Maurizio, el mismo papel que hace 50 años interpretó Josep Carreras en el Teatro de la Zarzuela, por lo que estas funciones están dedicadas al intérprete catalán.

Doce serán las representaciones que aún se celebrarán de esta ópera hasta el próximo 11 de octubre, una de las cuales, la del 28 de septiembre, será retransmitida en directo en plazas, auditorios, museos y centros culturales de toda España con motivo de la Semana de la Ópera. EFE

jhv/av

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