Dos antiguos miembros de ETA que ahora son testigos protegidos relataron el pasado abril al entonces juez de la Audiencia Nacional (AN) Manuel García Castellón que la decisión de secuestrar y matar al joven concejal del PP Miguel Ángel Blanco en julio de 1997 tuvo que tomarla necesariamente la cúpula de la organización terrorista por tratarse de un político, al tiempo que aseguraron que si se era "crítico" con sus órdenes "te tenías que ir". Así se recoge en las declaraciones prestadas, a las que ha tenido acceso Europa Press. En ellas, ambos explicaron que los comandos de ETA solo tenían "autonomía" para matar a policías, militares y guardias civiles, pero que otros objetivos --como políticos, jueces y fiscales-- tenía que fijarlos el Comando Ejecutivo o Zuba de ETA. Interrogados sobre qué podía pasar si algún etarra se negaba a acatar una orden, uno de ellos expuso que, "si es por miedo, lo mandaban a otro país". Normalmente, pasaban primero por Francia -- su "santuario"-- y de ahí partían hacia América Latina, precisaron. "No podías ser crítico, si eras crítico lo tenías que dejar", afirmó uno. Con todo, los dos aseguraron que la orden de secuestrar y matar a Blanco solo pudo emanar de su cúpula, razón por la cual era la única que pudo evitarlo. "Evitar si se podía evitar pero la dirección no quería evitarlo. El Comité Ejecutivo mando a ejecutar a Miguel Ángel Blanco", aseveró uno. No obstante, ambos admitieron que ninguno tuvo conocimiento directo de ello. Uno estaba ya encarcelado cuando ocurrieron los hechos y el otro, aunque aún seguía en activo, no formó parte de este atentado. Estas declaraciones se conocen justo el día que la AN celebra una vista para decidir si deja sin efecto el procesamiento de los ex jefes de ETA Mikel Albisu Iriarte, 'Mikel Antza'; María Soledad Iparraguirre, 'Anboto'; e Ignacio de Gracia Arregui, 'Iñaki de Rentería', por su presunta responsabilidad en el secuestro y asesinato de Blanco.