Los momentos de la jornada

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Roberto Morales

Madrid, 22 sep (EFE).- Los momentos de la sexta jornada de LaLiga EA Sports.

Entre la autoridad con la que se levantó el Barcelona de Hansi Flick a su primer traspié del curso, en la Liga de Campeones, extendiendo la imagen impecable en LaLiga al ritmo de una nueva exhibición futbolística de Lamine Yamal, sumando talento con Pablo Torre pidiendo un protagonismo mayor y con la pegada de Robert Lewandowski y Raphinha, llegó una mala noticia que extiende la plaga de lesiones.

Cuando Ter Stegen se quitaba la espina de un mal estreno europeo, con un error que marcó el partido de Mónaco al provocar la expulsión de Eric García, la mala fortuna se cebó con el portero alemán. En una mala caída tras un salto para detener arriba un saque de esquina, sufrió una lesión muy grave que puede provocar su adiós a la temporada en su primer capítulo. Ya sabe lo que se siente en una lesión de rodilla y sus gestos de dolor, la cara de resignación y la frustración sin poder contener las lágrimas al abandonar el campo de La Cerámica en camilla, escuchando la ovación de la grada, fue un momento que marcó la jornada.

Aseguró Carlo Ancelotti en plena búsqueda de una mejoría del juego de su equipo, que a la afición del Real Madrid le gusta el rock and roll y si hay un jugador que define en el campo ese estilo, de fútbol vertiginoso y directo, es Vinícius Jr. En un día inhabitual, suplente en el Santiago Bernabéu por rotación en semana de tres partidos que acaba con el derbi del Metropolitano, el brasileño cambió el panorama saltando desde el banquillo y castigando el desgaste físico del Espanyol.

En cuanto Thibaut Courtois protagonizó la extraña imagen de meter dentro de su portería un centro lateral, Ancelotti recurrió a Vinícius y su Real Madrid subió de marcha. Inventó un pase que lleva el sello de Luka Modric, con el exterior del pie, para asistir a Rodrygo y marcó la sentencia mejorando en la definición en su primer tanto de la temporada lejos del punto de penalti. Recuperó parte de su identidad en momentos en los que va ganando forma física para volver a ser uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo.

Abandonó el último puesto de la clasificación el Valencia gracias a su primer triunfo del curso que cerraba una racha sin una victoria desde el 15 de abril. Un total de doce partidos sin ganar, con un empate y cuatro derrotas en la presente campaña que encendían las luces de alarma en un club que navega en las aguas revueltas con la infelicidad de la afición ché con la gestión de los dueños.

El curso pasado Rubén Baraja hizo milagros. Con su equipo repleto de juventud, hasta luchando por momentos por plaza europea. El presente es más crudo y estaba muy necesitado de su primera alegría. La encontró en menos de tres minutos con un guiño de fortuna en dos disparos que rechazaron en Juanpe antes de besar las mallas. Así cerraba la segunda peor racha sin ganar en Liga de su historia y hacía sentir al Girona la dificultad que conlleva la exigencia de jugar en la 'Champions' y tres días después hacerlo en LaLiga. Míchel Sánchez encadena tres derrotas consecutivas alejado de la campaña pasada de ensueño en la que peleó en lo más alto.

Busca referentes un Sevilla en problemas y en una nueva derrota liguera, en Mendizorroza ante el Alavés, sorprendió ver el brazalete de capitán en un jugador que apenas llevaba dos partidos oficiales con su nuevo club. Es Saúl Ñíguez, por otro lado sobrado de experiencia para dar el paso y asumir la responsabilidad que conlleva lucir la cinta que portó en su brazo izquierdo.

Lo cierto es que ya fue capitán Marcao, un futbolista que en su tiempo en el Sevilla ha asociado su nombre más a las ausencias y las lesiones que a actuaciones de brillantez en el centro de la zaga, y lo retomó Saúl ante la ausencia de Jesús Navas, Gudelj, el propio Marcao o Suso. En el campo había jugadores que llevan más tiempo en el club de Nervión pero la responsabilidad recayó sobre el centrocampista ilicitano llegado desde el Atlético de Madrid con una cesión. Lo ocurrido muestra el momento por el que atraviesa el club sevillista, tras la pérdida de grandes referentes y sin una estabilidad de años en sus plantillas que han cambiado tanto como sus objetivos.

Perdía el derbi del sur de Madrid el Getafe, aumentando ante su afición en el Coliseum la desazón de un inicio de curso preocupante con José Bordalás obligado a inventar con la plantilla más corta que nunca dirigió en la élite. Restaban siete minutos cuando el Leganés cometió un penalti infantil en una incorporación ofensiva de Diego Rico.

Acababa de regresar tras una grave lesión de rodilla el futbolista español que cerró, pese a su percance, como máximo artillero la pasada Liga y Borja Mayoral no dudó en asumir la responsabilidad. Llevaba en el césped apenas 16 minutos, restaban cuatro para el final y tiró de galones para ejecutar con clase la pena máxima, engañar al portero y devolver el gol a un equipo que se ha olvidado de ganar. También de marcar. Era el primer tanto del curso de local. Bordalás suspiró cuando se frenó la venta de su delantero en pretemporada y ahora lo hace al ver que recupera a un 9 goleador que tanta falta le hace en la escasez. EFE

rmm/jl

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