Granada, 22 sep (EFE).- La Fiscalía Superior de Andalucía ha lamentado tener que abordar "con medios del siglo pasado" la investigación de ilícitos cometidos con inteligencia artificial, mediante redes sociales o con el uso de TIC, especialmente en los casos que tienen a los menores como víctimas y como autores.
El ministerio público ha apuntado la necesidad de mejorar la formación y los medios materiales en la Memoria de la Fiscalía correspondiente a 2023, publicada esta semana y a la que ha tenido acceso EFE, una petición en la que ha puesto como ejemplo que sus ordenadores tienen como sistema operativo Windows 7.
La Fiscalía ha reclamado más formación para poder adelantarse a los posibles usos de las redes sociales como herramienta para delinquir y ha exigido también acceso a avances tecnológicos para abordar las investigaciones de las causas en las que se usan TIC.
Además de tener que trabajar con equipos anticuados, el ministerio público ha apuntado que los fiscales no están habilitados como usuarios para hacer grabaciones de pruebas ni tienen acceso a herramientas que permiten certificar contenidos de páginas web en un momento concreto.
Tampoco cuentan con la tecnología para acceder a contenidos en redes sociales y vídeos que les permita asegurar fuentes de prueba antes de una posible manipulación por el autor.
La Fiscalía Superior de Andalucía ha presentado estas reclamaciones en un capítulo "de obligado tratamiento" dedicado a analizar la relación entre menores y redes sociales en el que ha subrayado que se observa el acceso "cada vez a más temprana edad" a nuevas tecnologías.
Ese acceso aporta a los menores información pero también los acerca contenidos de diferentes tipos delictivos, desde pornografía a violencia sexual, que por la inmadurez y falta de conocimiento de los menores facilita la comisión de otros delitos.
La Fiscalía ha apuntado además que este manejo temprano de redes sociales incide en la salud mental de menores y jóvenes y lo ha vinculado con un aumento de intento de suicidios, situaciones de depresión y ansiedad, aislamiento, desapegos y desinformación.
Según el ministerio público, los menores se convierten a través de redes en víctimas de delitos diversos, desde el acoso o la incitación al suicidio a delitos contra la integridad moral, provocación sexual o corrupción de menores.
Pese a este escenario, la Fiscalía ha considerado que la regulación legal sobre el uso y acceso a las tecnologías en menores es "suficiente" y ha apostado por la educación y la prevención, especialmente en el ámbito familiar, para evitar que los menores se conviertan en víctimas o en agresores. EFE
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