María Hesse ante la vejez, la muerte y la ansiedad: "Al miedo hay que mirarlo de cara"

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Marina Estévez Torreblanca

Madrid, 19 sep (EFE).- La ilustradora María Hesse (Huelva, 1982) cree que "al miedo hay que plantarle cara", un reconocimiento de la vejez, la muerte o la enfermedad mental que ella ha plasmado en 'El Miedo' (Lumen), su libro más personal, donde entremezcla pinceladas de su vida con una historia de ficción, explica a EFE.

"Empecé pintando y dibujando mi sensación de miedo, angustia y ansiedad en un momento en que me sentía así, sin pensar en publicarlo", relata Hesse, que diferencia este proceso creativo del trabajo previo de guión y documentación de obras como 'Malas mujeres' o 'Frida Kahlo. Una biografía', publicadas en 18 países y con las que ha llegado a 400.000 lectores.

Se trata de dibujos con su particular estilo simbólico y lleno de sensibilidad -en los que una mujer se saca el corazón para entregarlo, o queda aplastada por un enorme pájaro que parece representar la angustia- y que después tomaron forma de cómic. A partir de ahí, su editora le propuso hacer un libro que completó con textos propios o de otros autores.

Así, en 'El Miedo' aparecen las poesías de Pilar Bonnett -"es el segundo libro en el que sale, siempre vuelvo a su antología", dice-; de Lara Moreno, con quien colaboró en un espectáculo en el que recitó ese mismo poema; o la letra de 'Pequeñas embestidas', del grupo Tulsa, que le acompañaba mientras pintaba, relata. También hay textos de Raymond Carver, T.S. Elliot o Sylvia Plath.

Hesse repasa los miedos de una mujer a la que de niña sus compañeros no comprenden y llaman "loca", que según va creciendo empieza a notar los zarpazos de la angustia y la ansiedad cuando entra en relaciones opresivas y que más adelante se enfrenta al miedo del envejecimiento y a las dudas sobre si desea ser madre.

"Ojalá el tema de la vejez lo tuviera superado todo el tiempo. Ahora con la maternidad me ha vuelto a entrar mucho miedo a envejecer, veo que el tiempo pasa más rápido", confiesa Hesse, que plantea en su obra el nacimiento de un hijo con 40 años.

La ilustradora no ha abordado esta obra con intención social, reivindicativa o política, asegura, pero sí deja claro en sus textos y en sus palabras que se siente afortunada por haber podido hacer una terapia con una psicóloga que muchas personas no pueden permitirse.

"Es una asunto pendiente, te rompes una pierna y te la escayolan, no esperan a que gangrene", remarca, pero "es necesario llegar a un punto de depresión para que nos atiendan. Esperamos a estar muy mal antes de ir a un psicólogo", subraya.

Por eso, frente a los terrores universales e históricos a la muerte y el envejecimiento, la autora hace énfasis en el miedo a la enfermedad mental, "quizá por lo desprotegidos que estamos y la importancia que tiene. Al final para vivir una vida disfrutona tenemos que estar bien de la cabeza", concluye.

En todo caso, Hesse advierte de que este libro "no da soluciones, dice cómo una persona transita sus miedos y prefiere mirarlos a la cara". Pero aún así, deja importantes conclusiones, como cuando su protagonista promete: "Voy a existir en todas mis edades, voy a vivir esta vida sabiendo que solo hay una". EFE

met/oli

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