La eólica marina, una joven fuente de energía costosa pero más eficiente que la terrestre

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Mar Gonzalo

Saint-Brieuc (Francia), 19 sep (EFE).- Las centrales eólicas marinas como la inaugurada este jueves en Saint-Brieuc, la mayor del Canal de la Mancha, son una fuente de energía con apenas tres décadas de historia que generan energía renovable, inagotable y no contaminante que, aunque es más compleja de producirse, también es más eficiente que la eólica terrestre.

De hecho, la producción de una planta eólica marina llega incluso a ser el doble que la de un parque terrestre de la misma potencia, al tiempo que su vida útil es mayor.

Además, la inexistencia de barreras en el mar conlleva una velocidad del viento más constante, lo que implica un mejor aprovechamiento del recurso eólico, al tiempo que, al estar estas plantas situadas en alta mar se minimiza el impacto visual y acústico, pudiendo alcanzarse potencias totales que pueden alcanzar los miles de megavatios.

Según explican los ingenieros responsables de esta instalación de Iberdrola en aguas francesas, una de las dos únicas que existen en el Canal de la Mancha, la principal diferencia entre las plantas eólicas marinas ("offshore") y las terrestres ("onshore") es que las primeras entrañan una mayor complejidad tecnológica y operativa, y por lo tanto requiere inversiones mucho más abultadas.

Ello se debe a que la construcción, la operación y el mantenimiento deben realizarse en el entorno marino, lo que requiere medios logísticos muy especializados e implica medidas de seguridad adicionales. De hecho, esta fuente de energía apenas tiene tres décadas de vida.

Por otro lado, la dimensión de los parques eólicos marinos es significativamente mayor, gracias a que en el mar el viento es más fuerte y constante, y hay más disponibilidad de espacio.

Así, en el mar se están utilizando ya aerogeneradores de hasta 15 MW de potencia y se espera llegar pronto a los 20 MW. Los instalados en la planta inaugurada este jueves en aguas de Bretaña alcanzan los 8 MW, los más potentes instalados en un parque eólico marino en Francia hasta la fecha.

En tierra firme, sin embargo, la potencia media de los parques actuales es de unos 2 MW y los modelos de mayor tamaño rondan los 5 MW.

Los parques "offshore" tienen un menor impacto visual y acústico que los terrestres, aunque no dejan de tenerlo.

Por ello, para instalar uno es necesario contar con una declaración ambiental positiva además de estudios favorables de la compatibilidad del parque con otros usos del espacio marítimo.

Años antes de iniciar el parque hay que realizar rigurosos análisis de variables como la compatibilidad con la navegación, la fauna marina, la avifauna, las rutas de migración o la dinámica de transporte de sedimentos, algo que durante la construcción y explotación también se tiene que monitorizar en todo momento.

Por el tipo de anclaje del aerogenerador, estas plantas pueden ser fijas o flotantes, dependiendo de si cuentan con una estructura de apoyo con cimentación fija sobre el suelo marino, como todas las grandes centrales que están operativas a día de hoy en el mundo, o si los "molinos" están literalmente flotando sobre el mar, como es de prever que sean las que en un futuro se exploten en las costas españolas.

En el primer caso, la cimentación se puede hacer con un monopilote (la torre se cimenta sobre un gran cilindro de acero empotrado en el fondo marino); con apoyo por gravedad (requiere una plataforma de hormigón o acero de gran masa y superficie que se apoya directamente sobre el fondo marino) o usando "jackets" (estructuras de acero reticulares con tres o cuatro puntos de anclaje en el lecho).

Sin embargo, para emplazamientos de más de 60 metros de profundidad, como previsiblemente serán los que en un futuro se instalen en las oostas españolas, y generalmente más alejados de la costa, se usan bases flotantes que permiten desplegar aerogeneradores en extensas áreas marinas con gran potencial de viento.

Con esta técnica, aún menos desarrollada que la de anclajes fijos -de hecho a día de hoy no hay ningún gran parque flotante operativo, aunque sí proyectos piloto-, la restricción de profundidad queda marcada por el tendido de las infraestructuras eléctricas submarinas de evacuación, capaces de llegar a cientos de metros de profundidad. EFE

mgl/amd

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