Àlex Ollé lleva 'Lady Macbeth de Mtsensk' a un Liceu encharcado y sombrío

Barcelona, 18 sep (EFE).- El Gran Teatre del Liceu iniciará la temporada 2024-2025 el día 25 con la sombría 'Lady Macbeth de Mtsensk', de Dimitri Shostakóvich, en una propuesta del artista residente Àlex Ollé, que ha encharcado el escenario para convertirlo en un lugar inhabitable, donde se suceden escenas de sexo, violación y asesinatos.

Hasta el próximo 7 de octubre, el coso de la Rambla ofrecerá este montaje, la segunda y última ópera de Shostakóvich, estrenada en 1934 y represaliada en 1936 después de que asistiera Stalin a una representación, con dirección musical de Josep Pons, y con Sara Jakubiak y Ángeles Blancas en el rol de Katerina, y Pavel Černoch y Ladislav Elgr como Serguei.

Ollé, al que este miércoles en rueda de prensa también han acompañado el director general del teatro, Valentí Oviedo, y el director artístico, Víctor García de Gomar, ha agradecido la oportunidad de poder presentar esta pieza, una ópera poco conocida, que en el Liceu solo se ha representado una vez, hace más de veinte años, pero que cree es una de las mejores del siglo XX.

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A su juicio, no le ha pasado el tiempo y sigue "teniendo la fuerza de denuncia que tuvo cuando se estrenó en Leningrado, esta idea de lo que supone el patriarcado y el machismo en nuestra sociedad, reflejado en el papel de Katerina".

Como es habitual en él, ha trabajado con un equipo en el que se encuentran Lluc Castells y, sobre todo, el escenógrafo Alfons Flores, diseñador, por medio de paneles móviles, de los diferentes espacios que se verán y que ha concebido como "prisiones físicas y sociales", que llevan a Katerina al límite.

La ópera, a partir de la novela original de Nikolai Leskov, muestra a Katerina Ismailova, una mujer resentida con su vida aburrida, que comete adulterio y una serie de asesinatos, aunque Shostakóvich la trata con compasión y la muestra como una víctima de una sociedad corrupta y patriarcal, viendo sus crímenes como un intento desesperado de liberarse.

De esta propuesta, sin embargo, llama mucho la atención el hecho de que el escenario esté cubierto por una piscina con capacidad para 10.000 litros de agua, con un sistema que aprovecha las aguas freáticas del teatro, que pasarán por un proceso de tratamiento y desinfección en cada función.

La voluntad de Alfons Flores con esta escenografía ha sido mostrar el estado anímico de Katerina, además de remarcar que todos los que están en ese universo "no se dan cuentan, pero tienen los pies en la mierda, en esa agua", en palabras de Ollé.

"Al agua no le damos un valor específico, es como si no existiera. No es hasta el final que Katerina la toca y es el momento de la frase: En el fondo del bosque hay un lago negro y profundo como mi conciencia", ha precisado el director artístico.

Con toques de 'thriller', Ollé piensa que es, asimismo, el retrato de una sociedad que, aunque pase el tiempo, "parece que hay algunas cosas que no cambian", con lo que ha planteado la obra sin marcar ninguna época.

En cuanto al trabajo con los cantantes, ha valorado su disposición y no ha obviado que para ellos no es fácil porque, con toda la acción que se sucede sobre el escenario, se necesita que sean también "grandes actores.

El maestro Josep Pons, feliz de volver a coincidir con Ollé, ha aseverado que la música es de una "eficacia enorme", que bebe del cine, con "virtuosismo rítmico, tímbrico, y con emociones a flor de piel", introduciendo como novedad el sarcasmo, lo que se ve reflejado en el tinte que le da a cada personaje.

En su intervención, por otra parte, ha afirmado que Stalin cometió un "gran crimen" cuando hizo caer esta ópera en desgracia porque ello supuso poner un "bozal" a quien hubiera podido ser uno de los grandes de la historia de la ópera.

Tanto Sara Jakubiak, que debuta en el rol de Katerina, como Pavel Černoch, en su tercera producción de 'Lady Macbeth de Mtsensk', han valorado muy positivamente la nueva producción, aunque chapoteen en el agua desde el inicio. EFE

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