Madrid, 15 sep (EFE).- La Audiencia Nacional juzga desde el lunes a un presunto yihadista que fue detenido en agosto de 2022 en Mataró (Barcelona) tras detectar la Policía que había accedido a Europa de forma clandestina por la llamada ruta de los Balcanes junto a otro Combatiente Terrorista Extranjero (CTE) que fue arrestado en Austria.
El acusado, M.A., de origen marroquí, se enfrenta por estos hechos, por los que se encuentra en prisión provisional, a una petición del Ministerio Fiscal de 17 años de cárcel.
En sus conclusiones provisionales, la Fiscalía le acusa en concreto de un delito de integración en organización terrorista (9 años) y de otro de capacitación y adiestramiento militar y de combate en concurso real con un delito de desplazamiento y establecimiento en territorio controlado por un grupo u organización terrorista, penados ambos con 4 años de prisión.
Su detención y la de su compañero en Austria, en virtud de una Orden de Detención Europea (OEDE), fue la primera de dos yihadistas retornados vinculados con España, donde uno de ellos había vivido hasta 2014, cuando decidió desplazase a zona de conflicto, y el otro, el acusado, que partió un año después desde Marruecos, tenía a gran parte de su familia viviendo en España desde hacía siete años.
Una vez en Siria, ambos se insertaron presuntamente en grupos afines de Al Qaeda y recibieron entrenamiento militar.
Tras la pérdida de territorios en la zona sirio-iraquí por los grupos terroristas, consiguieron desplazarse a Turquía, donde residieron a la espera de poder cruzar clandestinamente a Europa.
Con respecto al acusado, la Fiscalía relata que tras un "profundo y larvado proceso de radicalización" en redes sociales, se adhirió al grupo Ahrar al Sham y en 2025 se desplazó a Siria.
Un año después,"tras perder el aval personal que tenía para permanecer en dicho grupo, se unió a la organización terrorista Frente Al-Nusrah para el Pueblo del Levante en Siria (o Jabhat Al Nusrah – JAN), ya que era la única de su zona que aceptaba combatientes extranjeros".
Ahí, y hasta 2018, recibió entrenamiento militar en el manejo de diferentes armas de guerra como el fusil de asalto AK-47 y lanzagranadas y fue destinado en numerosas ocasiones a primera línea del frente.
Durante ese período pidió permiso para formar una familia y contrajo matrimonio con una mujer siria, con la que tuvo tres hijos.
En junio de 2022, de forma coordinada con otros “combatientes terroristas extranjeros”, los dos detenidos en esta operación emprendieron viaje de retorno por la ruta de los Balcanes, "tal y como había hecho el grupo de combatientes retornados que cometieron los atentados de la Sala Bataclán en Paris, en noviembre de 2015".
El grupo recorrió esa ruta en menos de un mes gracias a su alto grado de capacitación militar. Sin embargo fueron finalmente interceptados en julio de 2022 durante el último tramo del viaje en tren.
Uno de ellos fue detenido, pero el otro, "habiendo pasado inadvertida su vinculación" con el yihadismo fue llevado a un campamento de refugiados, de donde le recogieron unos familiares y le refugiaron en su domicilio en Mataró.
Desde ahí, el acusado continuó colaborando con otros combatientes terroristas para facilitar su llegada dando indicaciones concretas.
A finales de julio, "pese a adoptar sistemáticas medidas de seguridad, tanto de carácter físico, como a nivel de sus comunicaciones, fue detectado por la Policía Nacional".
Asimismo, añade el fiscal, y al margen de sus acciones directas en la zona del conflicto, "también realizó actividades de propaganda en redes sociales, incitando a reacciones violentas por parte de sus simpatizantes y seguidores". EFE
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