Madrid, 15 sep (EFE).- El glosario de la restauración se renueva: lo que antes era un desayuno tardío ahora es un "brunch" -la unión de las voces inglesas "breakfast" (desayuno) y lunch (almuerzo); y una cena con espectáculo ahora es un "eat entertainment"; más allá de los términos, son fórmulas para atraer a más consumidores y mejorar sus cajas.
Menús en los códigos QR o el pago a través de una aplicación son algunos de los ejemplos de cómo, en los últimos años, los restaurantes han incorporado avances, aunque estas novedades van mucho más allá de la tecnología en busca experiencias que superan, con mucho, la de ingerir alimentos.
La situación general de la restauración es de ralentización; por ejemplo, en verano los bares no han alcanzado la previsión de facturación que esperaban debido a una contención en el gasto, según ha advertido la patronal Hostelería de España.
En este contexto, el perfil del consumidor esta virando hacia un cliente más selectivo con sus salidas y que busca una experiencia más elevada: visita menos los bares y restaurantes y prefiere, cambio, un servicio más elevado.
Para el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, esta es una forma de atraer más a los consumidores, de incrementar el gasto y, por lo tanto, de elevar la cajas de los negocios.
Aunque, a priori, añadir a una cena la presencia de un grupo de música puede suponer un gasto extra para los restaurantes, "en el cómputo final esta opción de negocio es viable ya que hace que los consumidores permanezcan más tiempo en los establecimientos y terminen por consumir más", ha apuntado a Efeagro.
"El cliente es capaz de adquirir tíquets y consumos de más valor por más importe siempre y cuando la contraprestación sea más excepcional", ha asegurado, por lo que se trata de una "tendencia cada más sólida".
Esta tendencia está sirviendo para la creación de empresas, como es el caso de Horeca Entertaiment, una plataforma creada para "dar soluciones" a la hostelería y "aprovechar todo el potencial que tiene la música en directo, bien sea con ambientación, DJ o hilo musical".
El objetivo es el de "atraer a nuevos clientes" y "fidelizar" a los consumidores, ha apuntado su responsable, Rodrigo Domínguez.
"Estamos haciendo un estudio de mercado para ver cuál es la influencia que tiene la música en los propios clientes de los establecimientos", ha abundado Domínguez.
Y un caso de éxito es el del restaurante Quintoelemento, ubicado en la última planta de la madrileña discoteca Teatro Kapital, que este año cumple 30 años, y donde trabajan durante la noche con el concepto de "dinner-show", ha indicado el director general de la discoteca, David de las Heras.
El plato principal en este restaurante es la comida, aclara de las Heras, después, para resaltar la experiencia, añaden música en vivo, espectáculos, pero, también, la propia ambientación del local y las luces.
Pero añadir música y espectáculo a una cena no es fácil, ha reconocido, pues "lo más complicado es crear una oferta que no sea invasiva, entender que cuando la gente va a cenar, su principal misión es hablar, por lo que hay que crear un "show" que sume y no que reste, ahí es donde está el gran equilibrio", aclara el director.
En su caso, el restaurante ha conseguido con su oferta gastronómica y "dinner-show" atraer a un público que antes acudía a la discoteca y que ahora busca un consumo más pausado, menos nocturno. EFE
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