Madrid, 14 sep (EFE).- La financiación será el tema "crítico" en la próxima COP29, que debería fijar "una nueva meta más integral que responda a las necesidades de los países en vías de desarrollo, los que menos posibilidades y recursos tienen", asegura en entrevista con EFE la coordinadora de Latin Clima Katiana Murillo.
Esta periodista ambiental organiza desde Costa Rica esta red de comunicación en temas de cambio climático que surgió en 2015 "justo cuando se aprobó el Acuerdo de París" por una doble necesidad: información más profunda sobre la materia "enfocada no sólo al catastrofismo, algo que paraliza, sino sobre todo en buscar soluciones" y capacitación para periodistas iberoamericanos.
A través de diversas actividades, Latin Clima ha permitido "formar a miles de periodistas" en una materia que "no es fácil de cubrir" porque el cambio climático "no sólo tiene que ver con ranitas y pajaritos sino con integración, economía y muchos aspectos transversales de la actualidad".
Además, "mucho de lo que se decía que iba a ocurrir con los impactos del cambio climático a finales de siglo ya lo tenemos a la vuelta de la esquina" y el rol de los informadores es "importantísimo para entender lo que está sucediendo".
Expectativas ante la COP29
De camino a Roma para participar precisamente en un foro de periodistas ambientales, Murillo explica en Madrid las dificultades para avanzar porque, tras 29 años de cumbres climáticas, "la sensación es que va todo más lento de lo que se necesita" y cita como ejemplo el propio Acuerdo de París, en vigor formalmente desde noviembre de 2016 pero cuyas metas "están todavía sin cumplirse".
A ello hay que sumar el hecho de que las últimas COP hayan sido organizadas en países con fuertes vinculaciones petroleras, lo que "no es un buen mensaje" porque incrementa la presión de 'lobbies' de las compañías de combustibles fósiles.
"Se necesita dinero para seguir avanzando tanto en labores de mitigación como de adaptación" pero el escepticismo ante los posibles resultados de la COP29 resulta inevitable cuando "la meta famosa de los 100.000 millones anuales -fijada en la COP21- nunca se cumplió".
Por ello insiste en la necesidad de redefinir y fijar esa nueva meta de financiación que "en realidad no es responsabilidad sólo de los gobiernos sino de todos los sectores de la población" y además "hay que ordenar el tema de la deuda externa, porque se pierden muchos recursos por ahí" y "la brecha es cada vez más grande entre los países desarrollados y los demás".
El futuro de estas cumbres puede complicarse si Donald Trump sale elegido en los próximos comicios presidenciales de EEUU, que se celebrarán días antes de la COP29, puesto que el expresidente norteamericano ya abandonó los objetivos del Acuerdo de París durante su primer mandato.
Aunque no se trata sólo de Trump, ya que "en todos los foros vemos que para EEUU el tema económico es crítico y se le da prioridad sobre el climático: si gana él, se ralentizará aún más", augura.
Preocupaciones ambientales en América
Iberoamérica "es una de las regiones más vulnerables del mundo frente al impacto del cambio climático y la región con mayor desigualdad social" y esto se aprecia "por ejemplo en las emergencias de los eventos hidrometeorológicos", por lo que Murillo cree imprescindible ligar ambos conceptos.
La ventaja de América es que es "una región rica en alianzas y sinergias, muy activa, donde están surgiendo muchas organizaciones e iniciativas", también entre los jóvenes.
La experta confía más en estas iniciativas que en las protestas organizadas por movimientos como el de la activista sueca Greta Thunberg que "viene siendo una 'influencer' europea que impulsa a tirarse a las calles, pero donde hay que estar es en los espacios de toma de decisiones".
Por ello considera más interesante otras propuestas como el programa Operación COP, impulsado por Climate Reality, o la labor de la ong Misión 1.5º que se dedican en ambos casos a especializar jóvenes en todas las cuestiones relacionadas con el cambio climático, incluidas las negociaciones internacionales.
La mayor preocupación en América en este momento son "los eventos extremos relacionados con los fenómenos de El Niño y La Niña, que afectan ya a sectores tan concretos como el turismo" aunque los medios "a menudo los abordan como simples sucesos y hay que darles un contexto climático".
Murillo finaliza con un mensaje optimista: "la gente debe entender que tiene una responsabilidad ambiental pero, también, las herramientas para poderse adaptar" por lo que "no sólo hay que concienciarse sino tener esperanza".