María Ruiz
Granada, 11 sep (EFE).- Francisco Rodríguez Campos es un hostelero de Granada, el capataz de una de las hermandades de esta capital andaluza y el protagonista de una historia de anuncio, esa que lo ha convertido sin saberlo en la imagen de una marca que no conoce en un país al que nunca ha ido.
Francisco no ha estado nunca en Nueva York, pero cualquiera que pase por el metro de Manhattan verá su cara; no es modelo, pero se ha convertido en la imagen de una empresa global de tecnología musical con sede en Estocolmo (Suecia) y con Estados Unidos como mercado prioritario; no es famoso, pero estos días lo parece.
A este vecino del populoso barrio del Zaidín lo conocen como Paco 'el de la carne' porque tiene un asador en la céntrica calle Navas de Granada, el epicentro de un sentir granadino ubicado a casi 6.000 kilómetros de las pantallas de Manhattan en las que aparece su imagen cada tres minutos.
"Me enteré por casualidad porque una trabajadora fue a Nueva York de vacaciones y su hijo me vio en la pantalla", ha explicado a EFE esta estrella publicitaria de la Gran Manzana que protagoniza una historia que parece un guion de anuncio.
"Mira mamá, tu jefe". Así empezó la historia de Paco, la estrella de los anuncios de Epidemic Sound en el metro de Manhattan y en otros espacios de Nueva York, pantallas gigantes que comprimen el sentir cofrade de este capataz.
Rodríguez Campos sabe que la imagen se tomó el Miércoles Santo de hace siete años en la calle Cárcel Baja de su Granada, esa por la que guía el buen paso de los costaleros que llevan la imagen de María Santísima de los Remedios, de Los Estudiantes.
Ahora la usa una empresa que busca nuevos usuarios y que ofrece más de 50.000 pistas de sonido y unos 200.000 efectos, una biblioteca con audios de más de 170 géneros para acompañar especialmente al contenido de anuncios, redes sociales, promociones...
El protagonista no sabe quién hizo la fotografía que apoya la campaña de la firma, que lleva por eslogan 'Tú pones la idea, nosotros ponemos el sonido', pero propone hacer una segunda parte en la que él se pasee por Nueva York.
"La empresa podía tener el detalle de llevarme a Nueva York a que vea yo mi cara en las pantallas gigantes del metro, que para eso ha utilizado mi imagen", ha propuesto Rodríguez Campos, que lo dice "como el que no quiere la cosa", pero totalmente en serio.
Presenta así una propuesta redonda para cerrar el círculo de esta historia de anuncio: él ha puesto la idea, ahora toca que la empresa ponga el sonido; y los billetes de avión. EFE
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