Granada, 6 sep (EFE).- Una investigación realizada por la Universidad de Granada (UGR) para la Dirección General de Tráfico (DGT) advierte de que los centros de reconocimiento de conductores podrían estar infradiagnosticando las enfermedades que afectan a la conducción, por lo que apuestan por una evaluación más completa.
En un comunicado, la Universidad revela que en estos centros de reconocimiento de conductores (CRC) se puede estar produciendo también una infraestimación del riesgo, ya que actualmente no interponen restricciones a más del 50 % de las personas a las que detectan enfermedades que, a juicio de los investigadores, realmente sí conllevan un peligro.
El estudio, en el que un grupo de investigadores del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) han analizado la implicación de las condiciones psicofísicas sobre la seguridad vial, señala que en los CRC se suelen diagnosticar, sobre todo, enfermedades relacionadas con déficits visuales, auditivos y perceptivo-motores.
En estos casos sí restringen la conducción al 80 o 90 % de personas diagnosticadas estableciéndoles límites ("Apto con restricciones", "Interrumpido" y "No Apto"), pero advierten de que esto no sucede en el caso de otras enfermedades como los trastornos mentales o el consumo de sustancias, que también conllevan un riesgo en los conductores pero, a pesar de ello, solo aplican restricciones en un 50 % de los casos.
"En muchos casos las enfermedades no son detectadas, pero tampoco quienes conducen informan sobre ellas", ha advertido el equipo de científicos, que subraya, por ello, la "necesidad" de colaboración entre los Centros de Salud -en los que se tiene un historial médico de la población conductora- y los centros especializados de la DGT para que, así, se puedan imponer restricciones que garanticen una conducción segura.
Por tanto, los investigadores proponen una evaluación más profunda de los conductores, que incluye pruebas médicas, neuropsicológicas, de personalidad especializadas y también una prueba práctica en la carretera, que no debería dirigirse sólo a la población conductora mayor, sino a todos los que padecen enfermedades.
Según los científicos, este modelo ya se implementa en el Reino Unido, donde cuentan con centros especializados en los que se realiza una evaluación profunda que incluye pruebas neuropsicológicas en simulador y en la carretera.
Los expertos sugieren, además, que los periodos de vigencia del carné de conducir sean inferiores a cinco años a partir de los 70, como ocurre en la actualidad.
También se muestran partidarios de un trámite rutinario -similar al de renovación del DNI- para quienes conducen y no tienen problemas de salud. EFE
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