De playa en playa para ayudar a los animales varados

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Pablo G. Hermida

Somo (Cantabria), 1 sep (EFE).- No es muy habitual pero de vez en cuando aparece un animal marino varado en la playa. ¿Qué se puede hacer para ayudar? ¿Es recomendable arrastrarlo de nuevo hasta el mar? ¿Pasa algo si alguien se acerca con su perro?

A estas y otras preguntas da respuesta un grupo de profesionales con experiencia en asistir a cetáceos, tiburones o tortugas en situación de vulnerabilidad, que ofrece pautas a la ciudadanía sobre cómo actuar en estos casos.

La Red de Varamientos del Gobierno de Cantabria (ReVarCa) recorre las playas de esta comunidad autónoma para concienciar a la población de la importancia de llamar a los servicios de emergencia en caso de encontrar un animal varado y también para informar de los peligros que conlleva actuar de manera incorrecta.

Además de esta labor divulgativa, la red se dedica a atender a animales varados y colaborar y asesorar en la gestión de los cetáceos muertos y su retirada, recabando información que permita mejorar la gestión y conservación de las especies.

Lo primero y más acuciante cuando aparece un animal varado es avisar a los servicios de emergencia, señala a EFE Diego de Vallejo, de ReVarCa, institución que pertenece a la Dirección General de Montes y Biodiversidad del Ejecutivo cántabro y que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea - NextGenerarionEU.

Mientras llegan los veterinarios, De Vallejo recomienda que no se acumule gente alrededor del animal varado y, si se puede, intentar ponerle por encima una toalla húmeda para evitar que se reseque la piel. Eso sí, en el caso de los delfines, sin obstruir el orificio respiratorio externo.

También pide no acercar perros, ya que, por causas aún desconocidas, "ponen muy nerviosos" a estos cetáceos, "hasta el punto de que dejan voluntariamente de respirar".

Otra cosa que no se debe hacer es arrastrar al animal hasta el mar, lo que en ocasiones le causa "un daño peor" del que ya tiene.

A su llegada, el veterinario verifica las causas del varamiento y, si concluye que no ha sido por un error de cálculo, busca posibles heridas y analiza su sangre con un moderno aparato que valora al momento su estado de salud.

En el caso de los animales vivos, el objetivo es garantizar un tratamiento adecuado y facilitar la reintroducción o rehabilitación de aquellos que su estado lo permita.

También es muy importante avisar si llega un cadáver a la arena para llevar cuanto antes el cuerpo a analizar. "Son especies de las que no sabemos casi nada y el análisis forense es con lo que avanzamos en la ciencia", apunta.

Para que el aprendizaje sea más tangible, ReVarCa usa réplicas de los animales que más aparecen varados en las playas del Cantábrico: tortugas bobas, delfines comunes y calderones.

Es el propio personal de la red de varamientos el que 'aborda' a los usuarios de las playas, sin distinguir niños de adultos o residentes de turistas, y explica de primera mano cómo se debe actuar ante estos encuentros, lo que, según De Vallejo, genera "una comunicación muy positiva con la gente".

En Cantabria se registran cada año una treintena de varamientos de grandes ejemplares de especies protegidas, aunque en otras comunidades autónomas, como Galicia, el número es más elevado.

Desde ReVarCa apuntan que los varamientos detectados van creciendo conforme aumenta la concienciación ciudadana. "Cada vez tenemos más ojos en la playa", apostilla De Vallejo. EFE

pgh/ros

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