La primera medalla en aguas bravas no esconde la necesidad de seguir creciendo

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León, 18 ago (EFE).- La primera medalla obtenida -bronce- en categoría senior en la modalidad de C-2 por patrullas en el mundial de descenso en aguas bravas disputado en el canal Sabero-Alejico de la montaña oriental leonesa no esconde la necesidad de seguir creciendo en una disciplina que, frente a otras, necesita un impulso, también en la inversión.

El trío formado por Noa Díaz, que ya ha sido medallista en categorías inferiores en el europeo, junto con Eider dos Santos y Ximena Prats, logró subir al podio por detrás de República Checa y Francia, dos de las indiscutibles potencias mundiales, sobre todo el conjunto galo, en aguas bravas donde dominó con claridad el medallero.

El hecho de que esta modalidad no sea olímpica lastra sus opciones de recibir el respaldo tanto de administraciones como de posibles patrocinadores, al igual que ocurre a otras que se quedan fuera de las que figuran en el programa de los Juegos como el eslalom, esprint o Cross kayak.

"Se necesita más inversión porque a pesar de tener mucha ilusión y de incrementar el apoyo en cuanto a material o entrenadores es indudable que de la cantidad acaba saliendo la calidad", señala convencido el presidente de la Real Federación Española de Piragüismo, Javier Hernanz, presente en la cita mundialista.

De hecho, el palista local Guillermo Fidalgo a punto estuvo también de hacer historia y colocarse en el podio en la prueba de K-1 Clásica, en la que es el auténtico dominador a nivel nacional desde hace años, pero tan solo pudo ser cuarto por detrás del dúo francés y del palista belga que le arrebató el sueño que perseguía después de que tres años antes, en el mismo escenario, consiguiera la sexta plaza en el europeo.

La esperanza federativa es que las nuevas generaciones, entre las que se encuentra la gallega Noa Díaz, precisamente la que rompía el techo junto con sus compañeras en este mundial disputado en el canal Sabero-Alejico, puedan conducir a más éxitos de cara al futuro "porque hay piragüistas con mucho futuro y juventud con entre 19 y 21 años que pueden dar grandes alegrías en un futuro", sentenció Herranz.EFE

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fps/lm/asc

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