Las islas achican agua mientras Menorca evalúa los daños para pedir zona catastrófica

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(Corrige la data e incluye más información sobre la situación en los aeropuertos de Baleares en los dos últimos párrafos)

Palma, 16 ago (EFE).- Baleares sigue este viernes en alerta amarilla por lluvias y tormentas y con los servicios de emergencias, vecinos y voluntarios achicando agua, sobre todo en Mallorca y Menorca, mientras las autoridades evalúan los daños para pedir la declaración de zona catastrófica de Es Mercadal y Alaior.

Esta tarde finaliza la alerta de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en todo el archipiélago, salvo en Menorca, donde se mantendrá hasta la medianoche, por riesgo de precipitación acumulada en una hora de hasta 35 mm, sobre un terreno ya empapado con las lluvias del jueves.

La localidad de Es Mercadal, en el interior de la isla, alcanzó los 204,4 l/m² de lluvia, el valor extremo de precipitación acumulada recogida en 24 horas en la red de estaciones de Aemet. Hasta el puesto 31 del listado de lluvias de ayer no figura ninguna estación que no esté situada en Baleares.

La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha visitado Es Mercadal y Alaior, las dos localidades más afectadas por las lluvias torrenciales, donde ha agradecido la implicación de todos los servicios públicos ante este "evento meteorológico extremo" y la "prudencia" de los vecinos que han atendido las indicaciones de Protección Civil y han evitado desgracias personales.

La prioridad, ha dicho Ribera, pasa por "gestionar conjuntamente" la recuperación de los torrentes, las carreteras y las casas y predios afectados por las inundaciones, así como "acompañar a los particulares para que puedan ver compensadas las pérdidas que este desastre les haya podido ocasionar".

Por su parte, el presidente del Consell de Menorca, Adolfo Vilafranca, ha adelantado que "los daños son cuantiosos y habrá que evaluarlos para pedir ayuda al Gobierno central".

Mientras tanto, la institución insular habilitará una línea de ayudas con fondos propios para colaborar con los municipios en la restitución de los bienes afectados.

Sendas brigadas de bomberos trabajan en Alaior y Es Mercadal, provistas de autobombas, para tratar de evacuar toda el agua que aún continúa retenida y, de este modo, recuperar la normalidad lo antes posible.

Aún siguen cerradas dos carreteras, ambas municipales: la de Torresolí, cuyo asfalto fue levantado de cuajo por las intensas lluvias de este jueves, y el Camí de Tramuntana, donde ya se actúa con el objeto de poderlo reabrir cuanto antes.

También siguen cortadas dos carreteras en Mallorca por inundación, la Ma-2203 en Cala Sant Vicenç, y la Ma-6040 del punto kilométrico 0 al 8 en Campos, y además hay otras dos carreteras afectadas por incidencias por las tormentas, la de sa Calobra Ma-2140 donde cayó una roca y la Ma-3220, en Sant Joan, también obstaculizada.

Según un primer balance oficial, desde el martes hasta esta mañana el Servicio de Emergencias de Baleares (SEIB 112) ha atendido 416 incidencias, de las cuales 397 están finalizadas pero otras 19 siguen en curso. Del total, 225 se han producido en Mallorca, 145 en Menorca, 24 en Ibiza y 22 en Formentera.

Tras dos jornadas muy difíciles, de cancelaciones y retrasos, la situación ha mejorado en los aeropuertos de las islas, donde la gestión del tráfico aéreo en el área balear se recupera progresivamente, si bien sigue condicionada por las medidas de gestión de afluencia necesarias para garantizar la seguridad de las operaciones, ha asegura Enaire.

Mientras el aeropuerto de Palma y de Menorca tratan de volver a la normalidad, con un refuerzo del número de controladores con el fin de agilizar las operaciones, centenares de pasajeros nacionales e internacionales ocupan los bancos, las cafeterías y los suelos de estos recintos esperando a que llegue la hora de las salidas de sus vuelos, la mayoría con retrasos de entre una y dos horas.

Varios pasajeros se vieron obligados a pasar la noche en el aeropuerto, mientras que otros pudieron ocupar las habitaciones facilitadas por los establecimientos hoteleros de la isla en la medida de lo posible, ofreciendo alojamiento a sus clientes de salida y prolongando estancias si los nuevos clientes no se presentaban debido a las cancelaciones en los aeropuertos de origen hacia Palma. EFE

sll/cri/ess

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