Guardia Civil contra las agresiones sexuales en el puente: divertirse nunca las justifica

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Sagrario Ortega

Madrid, 15 ago (EFE).- La diversión no puede ser excusa para el abuso. Así lo considera la Guardia Civil en pleno puente del 15 de agosto, cuando centenares de pueblos de España celebran sus fiestas patronales y cuando aumenta el riesgo de que se produzcan delitos como las agresiones sexuales, contra las que el instituto armado intensificará el control.

El teniente Daniel Moreno es el jefe del Equipo Mujer-Menor (EMUME) central y, en una entrevista con EFE, reconoce que el riesgo de que se produzcan agresiones sexuales en esas fiestas aumenta, con entorno más festivo y con un mayor consumo de alcohol y drogas.

De todos modos, Moreno alude a la mayor concienciación social y a esa mayor visibilidad que se está dando a estos casos para confiar en que ese incremento no se produzca, toda vez que por parte de las fuerzas de seguridad se está constatando más rechazo a esas conductas, que "cada vez se toleran menos".

Como están constatando también un incremento de las denuncias. Las víctimas -dice el teniente- "se están acercando a denunciar con más tranquilidad, porque saben que al final pedir ayuda es la solución".

Aunque no hay estadísticas concretas que hayan salido a la luz, lo cierto es que la "cifra negra" de las agresiones -es decir, los delitos no conocidos- está disminuyendo.

No hay un perfil definido del agresor. La víctima, mientras, puede ser cualquier mujer.

Pero si nos centramos en las fiestas del ámbito rural, está claro que el agresor es una persona joven.

"Y hay algo en que la gente no cae -explica el teniente jefe de la EMUME central-. Sí que vemos que está ocurriendo, y es que muchas veces los autores no son desconocidos para la víctima, sino una persona del entorno más cercano".

Es algo llamativo que sorprende incluso a los investigadores, porque a veces el agresor es el amigo del amigo o algún conocido de la víctima que se aprovecha de una situación de mayor vulnerabilidad de la persona a la que ataca.

Serían, por ejemplo, casos de sumisión química, que no solo se refieren a situaciones en las que se les echa a las víctimas algo en su bebida para anular su voluntad, sino que también se denominan así aquellos en los que el agresor se aprovecha del estado de su víctima cuando esta ha bebido o consumido sustancias estupefacientes.

Y en este avance en la concienciación social, que se aprecia también el mundo rural, el teniente Moreno también ha observado una mayor implicación del entorno de la víctima, que informa de lo sucedido cuando aquella no se atreve a denunciar o no recuerda lo que pasó.

Al responsable del EMUME central le preocupa la influencia de lo que puede verse en redes y, sobre todo, de la pornografía.

"Sin duda las redes sociales han tenido mucho que ver en esto porque la manera de relacionarse es completamente diferente. Hay muchísimas amistades que son fundamentalmente virtuales, y eso lo que hace es distorsionar una relación de afectividad", explica Moreno.

Gracias a la tecnología, los jóvenes tienen mayor acceso a la pornografía y a un conocimiento de lo que son conductas sexuales distorsionadas.

Por eso, este experto de la Guardia Civil insta a la sociedad a concienciar de que "la pornografía no son las conductas sexuales habituales, sino que en muchos casos lo que se está haciendo es colocar al hombre en una situación de superioridad sobre la mujer".

Si en algo cree el teniente que hay que hacer hincapié, es en que para cualquier conducta sexual "lo fundamental es que haya voluntariedad por ambas partes".

La Guardia Civil está realizando en el entorno rural labores de formación, sin olvidar la atención, "con especial sensibilidad", a las víctimas.

Además de charlas en los colegios, donde los agentes dejan claro que no solo se puede ser víctima, sino también autor de un delito contra libertad sexual si, por ejemplo, se comparten imágenes íntimas de una persona sin su consentimiento, la Guardia Civil ha extremado su atención a las víctimas y, para ello, cuenta con agentes especializados.

Una especial atención que incluye a las mujeres víctimas de violencia machista.

¿Y qué pasa en esos núcleos que son más pequeños, donde hay también más miedo a denunciar, al qué dirán? El teniente recuerda que en los pueblos se conocen todos y eso hace más difícil que la víctima dé el paso.

Conscientes de esa realidad, la Guardia Civil facilita a la víctima que pueda denunciar con plena tranquilidad y, entre otras cosas, le ofrece la posibilidad de hacerlo en otro puesto cercano, por ejemplo.

En suma, se le facilita que se encuentre "lo más cómoda posible cuando vaya a denunciar, dentro de que esa situación nunca va a ser agradable ni cómoda, porque ocasiona mucho daño emocional". Y para no revictimizarla, también se evita que tenga que repetir el relato de lo sucedido en las diferentes instancias policiales y judiciales.

Moreno resalta la labor de la Guardia Civil como policía de proximidad. Sus agentes quieren que los vecinos les conozcan, que se acerquen a ellos, que se genere una relación de confianza mutua y que sepan que "estamos para ayudar".

Todo ello contribuye a que la "cifra negra" de este tipo de delitos sea menor que antes. Aún así, "tenemos que seguir trabajando para que puedan confiar aún más en nosotros", concluye el teniente Moreno. EFE

so/jls

(Vídeo)(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód: 21848846 y otros)

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