La industria química española no pierde el optimismo pese a los ecos de guerra comercial

Guardar

Nuevo

Madrid, 14 ago (EFECOM).- La industria química, la segunda mayor exportadora de España tras la automovilística, ve motivos para no caer en el pesimismo, pese a las dudas sobre la recuperación de grandes economías como la alemana, y una geopolítica marcada por conflictos y relevos presidenciales en un momento clave para la transición verde.

A las incertidumbres se suma la sombra de una guerra comercial entre bloques, sobre todo a raíz del incremento de aranceles de la Unión Europea a productos procedentes de China. Sin embargo, el gigante asiático "sabe que, para ellos, es peor cerrar mercados porque exportan muchísimo", comenta el director general de la patronal Feique, Juan Labat.

En una entrevista con EFE, Labat hace un repaso del último año de este sector industrial, uno de los más consolidados de la economía española, cuya actividad fue crucial durante la pandemia del coronavirus.

"Nosotros importábamos el principio activo (de las vacunas) y aquí se envasaban y se lanzaban. Sólo ahí se sumaron unos 10.000 millones de euros extraordinarios de exportaciones, sobre todo hacia Bélgica, país al que exportamos pero no a esos niveles, y luego a Suiza, donde se mandaban para fuera de la Unión Europea", recuerda.

El efecto fue tal que Feique espera que en este 2024 todavía se dé una "pequeña rebaja" en los niveles de las exportaciones, a modo de "ajuste final".

"No esperamos volver a las cifras que tuvimos de récord en 2022", apunta Labat, y argumenta que "los precios no están ahí" y hay exportaciones, como los mismos sueros anticovid, "que ya han acabado su ciclo".

Con todo, los productos de la industria química española "compiten muy bien en Europa".

De acuerdo con la última Radiografía de la patronal, sus exportaciones -a todo el mundo- rondaron el año pasado los 59.600 millones de euros, lo que representa el 17,2 % sobre el total registrado por la industria manufacturera. Sólo le superaron los vehículos de motor, con 63.178 millones y el 18,3 %.

"No somos un sector monoproducto, tenemos 8.000 diferentes", revela el director general de Feique, que dedica una mención especial a Alemania como destino.

Y es que, en 2023, consiguió escalar hasta el tercer puesto de la clasificación de exportaciones por países (por detrás de Francia y Bélgica), tras apearse de su histórica posición de podio en el ejercicio anterior.

Así pues, "la recuperación alemana desde la caída muy potente que tuvieron está siendo lenta, pero, por lo menos, está siendo", añade esperanzado porque "al final es el gran demandante industrial de Europa".

Hablar de comercio exterior implica hacerlo también de China, que en 2023 fue el noveno destino de las exportaciones con 2.342 millones de euros, y el séptimo origen de las importaciones, con 3.493 millones.

"Tenemos 2.000 especialidades químicas que todavía no producen", relata Labat, que cuenta cómo ellos "han ido casi en orden, cogiendo las materias primas que tienen mayor cobertura".

Pero, ¿qué demanda?. "Todo tipo de productos porque su economía es gigantesca. Con lo cual, que siga creciendo es positivo para todos porque también demandarán".

El director general de Feique tiene claro que la potencia asiática tendrá que seguir manteniendo relaciones con terceros porque "nunca" producirá todo cuanto necesita, sino que se centrará en lo que sea más competitiva. Sobre todo ahora que sus salarios se han equilibrado con respecto a los de la industria europea.

"Creo que China sabe que, para ellos, es peor cerrar mercados porque ellos exportan muchísimo", afirma tajante sobre el posible enfriamiento de las relaciones con los Veintisiete por sus últimas decisiones en política arancelaria.

Bruselas está tratando de ser "quirúrgica en lo que quiere controlar", cuenta Labat, que entiende que la nueva Comisión Europea tendrá un rol fundamental de cara a gestionar la autonomía estratégica y dependencia exterior.

Ello pasa, también, por negociar con la futura Administración de EE.UU., ya con Joe Biden fuera de la carrera por la reelección.

"Evidentemente, la política de (Donald) Trump es mucho más proteccionista y no le va a temblar la mano cuando quiera proteger sus sectores", vaticina en relación con una posible victoria del candidato republicano.

No obstante, ello conllevaría asumir "efectos colaterales", ya que a EE.UU., a veces, le interesa más importar determinados productos (por ejemplo, de Latinoamérica), "pues es más barato que producirlos".

Por eso, el director general de Feique trata de no ser pesimista, "porque al cerrar todos los mercados, lo que ocurre es que se acaba toda la economía".

En la recta final de la conversación, Labat formula varias peticiones a la Comisión Europea. Una de ellas, puede que la más relevante, es mejorar la competitividad industrial con propuestas que "realmente" salgan adelante y "no generen frustraciones".

Ligado a ello está el que el Viejo Continente sea más ágil en la tramitación de proyectos, reduciendo cargas burocráticas y solapamientos, y que no cambie las leyes "cada dos días".

"Nuestras plantas son para estar treinta años. Las haces con ese propósito. Recuperas tu inversión a los veinte años. No es montar una tienda", subraya antes de reclamar que "las reglas del juego sean muy estables en ese sentido". EFECOM

smv/jlm

Guardar

Nuevo