Varias hipótesis y una certeza de los ecologistas sobre las interacciones de orcas con veleros en el Estrecho: “No son ataques coordinados”

En los últimos veranos algunas orcas han entrado en contacto con veleros en las costas españolas, llegando a golpearlos e incluso a veces hundirlos, lo que ha despertado la atención de la comunidad científica y medioambiental. Esta semana, ecologistas en Acción ha dado por finalizada su campaña de defensa de la orca ibérica en el Estrecho de Gibraltar. Tras su expedición, han afirmado que descartan que las interacciones con barcos en la zona se traten de ataques coordinados. No obstante, aclaran que no se ha tratado de una campaña científica, sino que “la organización ecologista ha navegado para entender mejor cómo son las interacciones entre orcas y veleros”. Durante este proceso, han elaborado un dosier donde dan a conocer esta población amenazada, así como una serie de recomendaciones para evitar interacciones con las embarcaciones.

El grupo ecologista considera que las causas por las que las orcas empezaron a interaccionar con embarcaciones en 2020 están aún por determinar. “La ciencia baraja varias hipótesis: es un comportamiento autoinducido (inventan algo nuevo y simplemente lo repiten, por ejemplo, como entrenamiento para cazar, o como actividad lúdico social);  o una respuesta a una situación aversiva (uno o varios individuos habrían vivido o presenciado una mala experiencia y tratan de detener la velocidad del barco para no repetir esa situación, una especie de comportamiento precautorio de protección colectiva)”, explican en su dosier.

Una vez señaladas las posibles causas, subrayan que “el comportamiento de las orcas no se corresponde con ataques coordinados”. Durante el mes de julio, desde el velero Diosa Maat, con el que los ecologistas han analizado las interacciones de los cetáceos, se han avistado grupos de orcas en siete ocasiones y solo se acercaron a ellos en una ocasión. “En general, las orcas han aparecido a lo lejos, en grupos compactos de tres a siete individuos y se han ido acercando para finalmente marcharse mar adentro sin hacer mucho caso al velero”, explica Juan Antonio Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción.

La única interacción tuvo lugar a principios de julio, cuando siete orcas se acercaron al Diosa Maat. Como las condiciones meteorológicas y de navegabilidad lo permitieron, se pudo dejar la rueda del timón suelta y las orcas se limitaron a empujar el timón sin ocasionar ningún daño. “En general, el comportamiento de las orcas no tenía nada de agresivo, más bien parecía de tipo lúdico o social, aunque no se deben antropizar a los animales, estos comportamientos son muy habituales en los mamíferos superiores”, ha añadido Martínez.

Aunque Ecologistas en Acción destaca que los navegantes no se deben guiar por el miedo a las orcas, también advierte de que es importante tener respeto a las interacciones, ya que pueden tener consecuencias negativas para las embarcaciones, para la tripulación y también para los animales. Por ello, la organización indica dos pautas: navegar evitando las zonas donde la probabilidad de encuentro sea mayor, “en el caso del Estrecho, esta zona se concreta en la cercanía a la costa con profundidades de menos de 20 metros”, señalan; y en caso de que sean ellas que se aproximen, marcharse hacia la costa y, “si las condiciones de viento y navegabilidad lo permiten, no oponer resistencia a sus interacciones” .