Sean Price Williams debuta en cine con la comedia friki y desquiciada 'The Sweet East'

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Alicia G. Arribas

Madrid, 10 ago (EFE).- Cuando el director de fotografía Sean Price Williams se puso a escribir su primera película, junto al crítico de cine estadounidense Nick Pinkerton, gobernaba Donald Trump y ellos pensaban que no había comedias "buenas" que hablaran de su país en aquellos momentos, sino solo "cine invadido por la tecnología".

Así nació 'The Sweet East', una comedia ácida, friki y "un poco desquiciada", explica Williams a EFE, surgida de su necesidad de mostrar "esa América que admirábamos y que en las películas hasta 2016 o 2017 no veíamos reflejada en el cine".

"Había cintas de Marvel, un poco de sinsentido, pero no había comedias -sigo pensando que no hay comedias, buenas comedias, precisa-, sino cine invadido por la tecnología, con ordenadores que lo hacen todo".

Y se lanzaron a hacer "una peli diferente, más relevante", explica Williams. "Sé que el estilo de esta película es un poco 'amateur', pero es el que me gusta, no soy capaz de hacerlo de otra manera", afirma en una entrevista virtual con EFE.

Según le describe Pinkerton, Williams es el director de fotografía de muchas de las mejores y más significativas películas independientes de la última década, de ficción y documentales.

'The Sweet East' sigue a Lillian (impresionante Talia Ryder) en su aventura a lo largo de la costa este del Estados Unidos, una 'road movie' que comienza con el personaje en un viaje de fin de curso con su clase de secundaria en Washington D.C., pero pronto se separa del grupo, después de asistir desde el baño de una discoteca a un tiroteo de un 'lobo solitario' que cree que allí hay pedófilos.

Acompañada de Caleb (Earl Cave), que lidera un grupo radical de antifascistas, Lillian comienza un periplo casi surrealista que la lleva a convivir con un neonazi (también destacable en el papel Simon Rex), al que acaba traicionando, y en su huida se cruza con dos directores de cine afroamericanos que la convierten en estrella como pareja del famosísimo Ian (Jacob Elordi), para acabar con un grupo de 'incels' que la recogen en un bosque antes de volver a casa.

En medio, varios tiroteos y una masacre que acaba con la cabeza de Elordi literalmente reventada.

Para Williams, el personaje de Lillian "es un vehículo clásico para introducir a todos estos grupos en esta película que es muy pequeña, porque si lo piensas, podríamos haber sacado del tema, no una miniserie, sino una superserie con todas las subculturas que existen en EEUU y que son fascinantes".

"Escogimos la región que conocemos más, el este, pero si te vas a California o a Texas, son mundos diferentes. Conectamos como espectador con Lillian, pero con los otros, creo que ni mínimamente: ella es el corazón de la película".

Un mosaico en el que muchos han querido ver similitudes con Alicia en el país de las maravillas, por su descarnado relato sobre la fragilidad y las contradicciones de la sociedad americana, pero el estadounidense, nacido en Delaware en 1977, asegura a EFE que el personaje que tiene dentro Lillian es Lanzarote del Lago.

"Nick y yo teníamos como referencia a Sir Lancelot justamente por la resistencia que muestra este hombre, que es algo que admiro en los jóvenes de hoy día; no sé si nos pasó a nosotros también- reflexiona-, pero tengo la sensación de que hoy los jóvenes crecen con un peso sobre ellos, como si no hubiera un futuro, con el cambio climático, vamos todos a morir... Crecen con una especie de sombra encima, y que sigan teniendo buen humor a pesar de eso, me asombra".

La película, que llegará a las salas españolas el 14 de agosto y dura hora y tres cuartos, esconde un gracioso cameo del director, en el papel de tío de Lillian, que sonríe constantemente hasta dejar sus ojos convertidos en dos líneas. Y, al final, una mirada de ella a cámara y, por supuesto, la bandera de EE.UU. EFE

aga/sgb

(vídeo) (foto cedida)

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