Emilio de Justo y Tibo García triunfaron en Socuéllamos a pesar del ganado

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Socuéllamos (Ciudad Real), 10 ago (EFE).- Una desclasada corrida de Murube deslució un festejo en el que lo más lucido llevó la firma de Emilio de Justo, que salió a hombros junto al debutante francés en España Tibo García de la Plaza de toros de Socuéllamos (Ciudad Real).

Cuando se anuncia una corrida de Murube quien más y quien menos se ilusiona con ver embestidas enclasadas y rítmicas que propicien el buen toreo. Nada de ello -salvo durante la faena al segundo- ocurrió en Socuéllamos.

Abrió plaza un toro deslucido por desclasado, y además con cierta guasa, ante el que Perera quedo inédito con el capote y casi tres cuartos de lo mismo con muleta, siendo molestado, para más inri, por molestas rachas de viento. El extremeño al menos abrevió, lo cual, se agradeció.

El trasteo de Perera al cuarto resultó meritorio porque le pegó pases, aunque no lucidos. Las acometidas bruscas del de Murube y la huida a tablas del epílogo impidieron tales alturas.

El segundo se partió el pitón izquierdo al perder las manos y clavar las defensas en la arena, saliendo un sobrero soso y falto de raza. Emilio de Justo hizo que su compostura y expresión plástica eclipsaran la condición de su antagonista, con momentos realmente jugosos por ambos pitones, si bien primó el toreo derechista. El de Murube terminó rajado sin remisión y De Justo fallando con los aceros, especialmente con el descabello, llegando a escuchar dos avisos.

El quinto duró un suspiro; bueno, un inicio de faena. Esperanzador, pero fugaz. Tras el bello preludio doblándose de Emilio de Justo, el de Murube se paró, y el extremeño los instrumentó de uno en uno, cuando pudo. Sin embargo, como lo tumbó a la primera -deficientemente pero a la primera- fue premiado con generoso doble trofeo.

Tibo García debutaba en España, y lo hizo frente a un terciado antagonista cuyo fuelle antes de pararse por completo duró dos series. Ambas sirvieron para entrever un torero de concepto clásico que no echó mano de recursos torticeros sino que dio el pecho y quiso hacer las cosas bien. Remató su apunte de faena matando de manera notable, paseando una oreja.

Cerró plaza un ejemplar de embestida rebrincada, cuyo tramo final estaba coronado con un derrote arriba. El francés sorteó las tarascadas y se granjeó el favor de las dos orejas -excesivas a todas luces- por su firmeza.

Ficha:

Plaza de toros de Socuéllamos (Ciudad Real). Corrida de toros. Se lidiaron seis toros de Murube, de presentación desigual. Faltos de raza y clase.

Miguel Ángel Perera (de sangre de toro y oro): estocada entera arriba y dos descabellos (silencio); pinchazo que hizo guardia y estocada entera con descabello (oreja).

Emilio de Justo (de nazareno y oro): dos pinchazos hondos, estocada casi entera arriba y once descabellos (silencio tras dos avisos); estocada entera caída (dos orejas).

Tibo García, que hacía su presentación en España (de blanco e hilo blanco): estocada entera arriba (oreja); más de media arriba (dos orejas).

Emilio de Justo y Tibo García salieron a hombros. EFE

jcs/plv

1011027

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