Madrid, 6 ago (EFE).- El Instituto de la Mujer ha abordado en un estudio la importancia de combatir el estigma del peso y la continua presión sobre los cuerpos de las mujeres con cánones de belleza normativos o comentarios que les descalifican y que multiplican la baja autoestima y los trastornos alimentarios.
Según una encuesta realizada a más de 660 mujeres con trastornos de conducta alimentarios, el 87,6 % considera necesaria la representación de las mujeres con diversidad corporal y más del 82 % subraya la importancia de no hablar del cuerpo ni del aspecto físico de las mujeres y de desvincular la salud del peso.
Además, el 90,7 % propone no asociar el éxito de una mujer con su peso corporal o su apariencia física.
El sondeo forma parte del estudio "Mujeres jóvenes y trastornos de conducta alimentaria. Impacto de los roles y estereotipos de género", realizado por la psicóloga y profesora universitaria María Calado Otero, que aborda el estigma del peso en los cuerpos no normativos y las situaciones de presión por parte del entorno cercano, así como de violencia institucional vividas en la atención médica.
Según los testimonios de las mujeres que padecen o han padecido un trastorno alimentario evitan ir al médico por miedo a ser humilladas por su peso, se someten a interminables ciclos de dietas y su salud mental se ve afectada porque viven distintas situaciones en las que se sienten señaladas, estigmatizadas, infravaloradas, humilladas y discriminadas.
En relación a ello, la investigación expone cómo el Índice de Masa Corporal (IMC) que se usa como indicador de cuerpos normativos se diseñó hace 200 años con fines estadísticos y no tiene en cuenta variables como la masa muscular o la densidad ósea, por lo que lamenta su utilización como un índice de salud individual o general.
Sobre el papel de los agentes de socialización (medios de comunicación, redes sociales e industria audiovisual) señala que reproducen estereotipos de cuerpos no saludables que convierten en normativos, estigmatizan los que no se adaptan a los cánones y distorsionan la diversidad corporal asociando delgadez con belleza y éxito.
Para frenar el inicio a edades cada vez más tempranas de desórdenes alimentarios y su relación con enfermedades mentales (ansiedad, depresión o comportamientos autolesivos), el estudio publicado por el Instituto de las Mujeres incide en la necesidad de poner en marcha trasformaciones sociales que den paso a una sociedad que promueva una imagen corporal positiva, basada en el bienestar social, físico y emocional.
Entre las acciones a desarrollar, se propone cambiar los roles y estereotipos de género presentes en la cultura patriarcal y llevar a cabo campañas de sensibilización y concienciación contra las discriminaciones vinculadas a la imagen corporal y la cosificación del cuerpo de las mujeres.
Según las recomendaciones, estas acciones deben ir dirigidas a jóvenes, familias, comunidad médica y educativa, así como a industrias y sectores como el audiovisual, la comunicación, la moda, la alimentación o la farmacéutica. EFE
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