Diego Ameixeiras rompe en 'Un anarquista' la idea que la Transición fue época de consensos

Guardar

Nuevo

Jose Oliva

Barcelona, 4 ago (EFE).- El escritor gallego Diego Ameixeiras, Premio Nacional de la Crítica 2021, novela el auge del anarquismo en los años 70 del pasado siglo en su obra 'Un anarquista', un libro que se mueve entre la ficción negra y la crónica histórica y que "rompe la idea de que la Transición española fue un momento de consensos".

En una entrevista con EFE, Ameixeiras explica que siempre ha pensado que sobre la Transición, "se ha contado un relato más o menos oficial, como un momento histórico de grandes consensos, de grandes abrazos, de una construcción en común, de un Estado democrático, y es cierto que hubo todo eso, pero también hubo otras voces alternativas, entre ellos la de los anarquistas que en Barcelona vivieron un florecimiento tras la muerte de Franco, en 1977-78".

Al autor le interesó el período "porque los anarquistas en esa época tenían una fuerza social muy potente, ilusionante, que estaba a favor de la ruptura total, de todos esos ideales que habían quedado truncados por la Guerra Civil".

El autor hace coincidir en 'Un anarquista' (Alrevés en castellano y catalán) a los viejos anarquistas que habían participado en la guerra o sufrido exilio, represión, cárcel con una nueva generación de libertarios veinteañeros, más ligados al movimiento hippie, al ecologismo, a la defensa del colectivo homosexual, gay o trans.

Son dos sensibilidades que se juntan en ese momento y que crearon esa sensación de que el anarquismo estaba otra vez volviendo, "un protagonismo que había perdido después de la guerra y que los cuarenta años de franquismo había dejado en la sombra", argumenta el autor.

Detrás de la novela hay un trabajo de hemeroteca, que sirvió al escritor para empaparse del ambiente político y social que se vivía en la calle y fue entonces cuando descubrió con sorpresa que "fue un momento realmente mucho más convulso de lo que pensamos a priori, había mucha violencia política en las calles, con enfrentamientos entre grupos de ultraderecha y otros de lucha popular".

Con la lectura de algunas novelas ambientadas en Barcelona, Ameixeiras intenta apropiarse del espíritu de la ciudad y de ese tiempo, y, de hecho, al final del libro el propio autor refleja el agradecimiento a modo de homenaje a esos autores y autoras que han escrito sobre Barcelona.

Aunque el autor ha querido hacer una ficción, el 'caso Scala' es un telón de fondo, especialmente en la tercera parte, un suceso que significó el inicio del declive del movimiento anarquista, después de que durante 1977 tuvieran lugar las jornadas libertarias en el parque Güell, el mitin de Federica Montseny.

"Cuando se firman los Pactos de la Moncloa, la CNT se opuso frontalmente y es cuando el Estado empieza a preocuparse por ese movimiento que no puede domesticar, mientras los otros sindicatos y los partidos políticos están empezando a entrar por el redil", afirma.

El 'caso Scala', el incendio de una sala de fiestas de Barcelona en el que murieron cuatro personas, dejó muy tocado al movimiento anarquista pues se les criminalizó, hubo detenciones de militantes libertarios y el propio movimiento se dividió internamente entre ortodoxos y posibilistas.

Perdieron afiliados y ante la opinión pública su imagen salió dañada "injustamente", porque, en su opinión, "detrás del 'caso Scala' hay algunos ángulos oscuros que todavía no se conocen; y está claro que el Estado tenía cierto interés por que el movimiento anarquista saliese marcado de alguna manera".

Ameixeiras hace desde la ficción "una reconstrucción de los hechos a partir de las informaciones en la prensa, pero el caso se cerró en falso y algún día se debería conocer qué fue lo que ocurrió, qué hubo detrás de ese suceso, del incendio, de esos chavales que tiraron los cócteles Molotov, de esos trabajadores que murieron".

El escritor gallego trata a través de la ficción de reconstruir la respuesta a algunos de esos enigmas.

En la novela aparecen personajes reales como Joaquín Gambín el Grillo, que sale directamente de la cárcel con órdenes del Ministerio del Interior para infiltrarse en el movimiento libertario en Barcelona y ejercer de instigador del atentado de la sala Scala.

El protagonista de la novela es Miguel Duarte, un chico de 20 años que únicamente piensa en superar su timidez y que intenta salir adelante trabajando, y que de repente se ve arrastrado por todos esos acontecimientos históricos que tienen que ver precisamente con el resurgimiento del anarquismo.

El autor le da a su protagonista su "condición de migrante" y es además la parte de ficción pura de la novela con los conflictos universales humanos.

En la búsqueda de su propia identidad, Miguel Duarte, sin convicción política al principio de la novela, se acabará considerando anarquista, no tanto por convicciones políticas, sino por ser aceptado o por descubrir un mundo donde puede relacionarse con gente interesante, ir a fiestas y tener sueños profundos.

Cree Ameixeiras que el género es el mejor artefacto para describir los bajos fondos de la sociedad, pero "no tiene el patrimonio exclusivo de deslizar la crítica social, de hacer una fotografía de la marginalidad o del delito".

Las sociedades votan cada 4 años, pero hay unas voluntades que no se escogen democráticamente, y son esas fuerzas las que toman las grandes decisiones, y la novela negra trata de aflorar la línea que comunica el asesinato del callejón oscuro con la decisión que se toma en un despacho de la planta noble de una empresa. EFE.

jo/hm/jdm

Guardar

Nuevo