200 paradas en 60 minutos a más de 100 km/h; el machaque de Clara Pérez y Luis Calzado

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París, 3 ago (EFE).- Físico, técnico, toma de decisiones, cultura deportiva y psicología son los cinco pilares que ejercitan a diario prácticamente los porteros de las selecciones españolas, que durante una hora pueden recibir 200 bolas lanzadas por una máquina, algunas a 105-110 kilómetros por hora.

Bernar Herrera, olímpico en Atenas 2004, y Óscar Palomero, también exportero, han preparado un trabajo individualizado tanto para Clara Pérez como para Luis Calzado, que han sido claves en la clasificación de las dos selecciones españolas para cuartos y que han compaginado semanalmente entrenamientos de club y de selección en este ciclo.

"Se trata de entrenar todos los fundamentos del juego, pero potenciar sus características. Si en algo son buenos trabajar para que sea muy difícil que lo hagan mal, que se destaquen por ello y que se fijen en eso para que tengan más confianza, pero siempre con los pies en el suelo".

Así explicó a EFE en París Bernar Herrera la labor que hace para mejorar al máximo las capacidades de Clara Pérez (23 años) y Luis Calzado (23), dos porteros catalanes que han debutado como olímpicos, a quienes hacen un seguimiento estadístico en todos sus partidos, "para ser más didácticos y no depender tanto de la inspiración".

"Clara tiene muchas cosas buenas, pero lo que más me impresiona es su capacidad de aprendizaje y de puesta en práctica en la competición de lo que ha aprendido. Tiene mucho talento. Cuando la estás entrenando notas que te exige que lo que le enseñas sea potente y útil, porque lo va a probar y cada minuto de entrenamiento lo aprovecha rápido. Pocas veces he visto a alguien que lo ponga en práctica en la competición, se adapta muy rápido", comenta sobre la internacional

A Luis Calzado, meta del RC Polo y portero por vocación desde los 8 años como él mismo cuenta, Herrera le define como "un competidor nato", y como alguien que, además de su estatura y físico, "cuando compite por ganar algo se nota que va a por ello y que tiene ansia como de decir voy a cerrar la portería en momentos en los que te estás jugando algo".

"Intentamos que cada semana", añadió, "hagan dos entrenamientos específicos solo conmigo y ahí pueden ser 200 bolas fácil en una hora las que paren. Este verano tanto chicos como chicas, porque no veo ninguna diferencia aparte de la fuerza y la velocidad, hemos entrenado con máquina, y en golpeos la bola puede ir a más de 105 kilómetros por hora con las chicas y a 110 con los chicos".

Además de esto, Herrera también ve clave el factor psicológico y entrenan para "forjar un carácter fuerte" en ellos. "Lo más difícil, y lo he vivido en carne propia, es cerrar la puerta una vez que ha ocurrido algo, una cantada, un fallo o incluso cuando algo sale bien. Tenemos psicólogos que nos ayudan para que cuando vayamos a la competición lo identifiquen y lo sepan gestionar", señaló.

"Eso se puede entrenar. Cuando fallas normalmente te vienes abajo y no logras cambiar de página. Nosotros hacemos un juego que consiste en que cuando entra la bola en la portería y sale de la misma podemos volver a meter gol. Puedes meter 50 goles seguidos. La idea es hacer ver que el que está en la portería si al encajar un gol se viene abajo le meten otro y así sucesivamente. Y si te has levantado después de cinco goles has evitado el sexto. Por tanto, si te hubieses levantado antes te habrían metido menos goles", comentó.

Otro propósito es paliar la sensación de soledad de los porteros que Herrera bien conoce, para que "comuniquen durante el partido" y que sus compañeros se acerquen si hay un fallo, "porque el último eres tú".

"Yo no les engaño. Si creo que ha sido un fallo se lo digo, pero es importante saber cuándo y cómo decirlo. Es mi rol y también me ayuda haber sido portero", afirmó Bernar Herrera, que ha coincidido en París con el portero de la selección australiana de Atenas 2004, ahora también preparador de porteros en Gran Bretaña, con quien ha recordado que hace 20 años los australianos ganaron el oro después de eliminar a España en semifinales y a Países Bajos en la final. EFE

omm/ism

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