El Consejo de Ministros de este martes ha autorizado al Ministerio de Defensa a realizar un desembolso de casi 70 millones de euros para la adquisición de munición de artillería y de más de 12 millones para el mantenimiento de los vehículos acorazados del Ejército de Tierra. Asimismo, el Ministerio dirigido por Margarita Robles también ha destinado 38 millones para la adquisición de sistemas aéreos remotamente tripulados de ala rotatoria. Según se desprende de las referencias del Consejo, el Ministerio de Defensa ha sido autorizado a concertar la adquisición de espoletas --dispositivo integrado en un proyectil-- multifunción de artillería de 155 milímetros para el Ejército de Tierra. Esta adquisición, que tiene un valor estimado de 69.720.000 euros, será a través de la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN en el marco del Acuerdo de Asociación para el Apoyo a la Munición. Este acuerdo facilitará y agilizará, según explica el Ejecutivo, el proceso de adquisición de las espoletas, que permitirán atender las necesidades del Ejército de Tierra en relación con este material de consumo constante por las unidades de artillería. MANTENIMIENTO DE VEHÍCULOS ACORAZADOS De la misma forma, el Consejo ha autorizado al Ministerio de Defensa a realizar un acuerdo marco para el mantenimiento de los sistemas electrónicos, ópticos y optrónicos de los vehículos acorazados del Ejército de Tierra para los próximos tres años por valor de 12.165.289,25 euros. Así, el Ministerio dirigido por Margarita Robles pretende asegurar el mantenimiento y el suministro de piezas necesarias para los vehículos acorazados del Ejército de Tierra por los próximos tres años, previéndose la posibilidad de prórroga por otro año más. SISTEMAS AÉREOS REMOTAMENTE TRIPULADOS El Gobierno ha autorizado además la celebración de otro acuerdo marco para la adquisición de sistemas aéreos remotamente tripulados de ala rotatoria para protección a la fuerza por un valor estimado de 38.990.860 euros. Según se desliza en las referencias, esta adquisición permitirá dotar a las unidades de las Fuerzas Armadas de sistemas aéreos remotamente tripulados para la protección de la fuerza y que ofrezcan la capacidad de llevar a cabo misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.