Pawo Choyning convierte en una tierna comedia la llegada de la democracia a Bután en 2008

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Magdalena Tsanis

Madrid, 29 jul (EFE).- Cuando fue nominado al Óscar en 2022 por su opera prima, el cineasta butanés Pawo Choyning ya tenía en mente su siguiente proyecto, 'El monje y el rifle', que convierte la reciente y singular llegada de la democracia a Bután en una comedia sobre la pérdida de inocencia.

"Bután es posiblemente el único país del mundo donde la democracia ha llegado sin una revolución", dijo el cineasta en una entrevista telemática con EFE desde Bután, con motivo del estreno de su nuevo trabajo en España este 2 de agosto.

Casi todo lo que cuenta es real. Bután era hasta 1998 una monarquía absoluta y uno de los países más aislados del mundo, obsesionado con preservar su soberanía, su cultura y tradiciones, basadas en el budismo.

En 1999 llegó la televisión, prohibida hasta entonces y comenzó un tímido proceso de apertura que culminó con la celebración de las primeras elecciones democráticas en marzo de 2008.

La trama de la película transcurre en 2006, cuando el país se prepara para un simulacro de elecciones, con partidos ficticios -que también fue real- para que la gente aprenda a votar. En plena campaña, y ahí viene la ficción, un monje se empeña en conseguir un rifle para una ceremonia muy especial.

"Cuando hay una lucha por el cambio, el pueblo lo celebra, pero en Bután la mayoría de la gente no quería ese cambio, había mucho miedo", afirma Choyning, que creció entre Europa, Oriente Medio y Estados Unidos, donde estudió Ciencias Políticas.

Estaba en la Universidad el día en que la coalición internacional liderada por Estados Unidos derrocó a Sadam Hussein en 2003. "Mis compañeros de clase, americanos, decían que era obligación de Estados Unidos liberar a países con dictaduras para instaurar la democracia", recuerda.

"Me pareció irónico que, al mismo tiempo, Bután hubiera emprendido este proceso democrático por decisión del rey y nadie lo quisiera". En los primeros comicios, el partido monárquico y conservador logró 45 de los 47 escaños.

El dilema entre independencia y desarrollo económico está en el corazón del filme.  "La modernización es inevitable y también lo es que al perseguir algo que sientes que necesitas, pierdas algo que tenías", dice Choyning, que se ve a si mismo y su cine como producto de esa encrucijada.

Bután es conocido en el mundo por el concepto de "felicidad nacional bruta", que ideó la monarquía con el objetivo de equilibrar la paz mental individual con el progreso económico de la sociedad, pero también es un país que "sufre como cualquier país en desarrollo", dice Choyning.

Con una población de 753.000 personas y una extensión de algo más de 38.000 kilómetros cuadrados, su PIB per cápita le sitúa en el puesto 137 de 196 países del mundo.

"Tenemos desempleo, depresiones, jóvenes que huyen del país para llevar las vidas que ven en la televisión y en internet (...), y al mismo tiempo seguimos teniendo muy presente la idea de felicidad basada en la interdependencia, la felicidad propia solo es posible con ciertas condiciones externas", señala.

Choyning presume de que Bután es el único país del mundo con huella de carbono negativa. "Los americanos tienen la segunda enmienda, que les garantiza el derecho a las armas, y nosotros tenemos la sexta enmienda que nos obliga a preservar al menos el 60% de la superficie del país de bosque y actualmente tenemos 72%".

"Somos un país pobre y nuestra industria turística podría recibir un gran impulso si permitiéramos la escalada, como en Nepal, pero no lo hacemos porque creemos que proteger los bosques es proteger nuestra cultura".

Choyning admite que, tras llegar a las puertas de Hollywood con su primer largometraje, 'Lunana, un yak en la clase', se planteó la posibilidad de fichar a alguna estrella para su siguiente trabajo, pero finalmente optó por mantener un nivel de producción modesto y actores no profesionales.

Influyó en su decisión un consejo que le dio Ang Lee, el director de 'Brockeback Mountain', a quien 'Lunana', asegura, le recordaba a sus primeros trabajos como cineasta por su inocencia y emotividad.

"Me dijo que al mirar atrás en su carrera, sentía que había perdido esas cualidades porque en cada película había tratado de hacer algo más grande para impresionar a otros, y que es muy difícil volver a conectar con eso cuando lo has perdido". EFE

mt/mcm

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