Los supervivientes del 'Argos Georgia' abrazan de nuevo a su gente

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Santiago de Compostela, 28 jul (EFE).- Los seis españoles que sobrevivieron al hundimiento del 'Argos Georgia' han podido abrazar de nuevo a su gente después de haber sido protagonistas de un naufragio que se llevó la vida de nueve personas -dos españoles- y tiene a otras cuatro desaparecidas -dos nacionales- en el mar de las Malvinas.

El avión militar fletado por el Gobierno de España para repatriarles, un Airbus A330-202, despegó del aeropuerto de Mount Pleasant (Monte Agradable) este sábado a las 22:45 horas (20:40 GMT) para dirigirse, en primer lugar, a Galicia, donde tomó tierra tras más de 14 horas de vuelo.

Allí, la aeronave medicalizada del Ejército del Aire, con personal de la Unidad Médica de Aeroevacuación a bordo, dejó a los cuatro tripulantes gallegos que salvaron la vida en el accidente marítimo, tres de Ribeira (A Coruña) y uno de Pontevedra: José Saborido (capitán), Ramón Hombre, Ramón García y Francisco Gondar.

En el Aeródromo militar de Santiago de Compostela, junto al Aeropuerto Rosalía de Castro, a los supervivientes gallegos les esperaban sus familiares, niños incluidos, para darles una emotiva bienvenida a casa después de la angustia que han pasado a uno y otro lado del Atlántico, un cálido recibimiento en la intimidad de esas instalaciones que los medios de comunicación captaron desde fuera del recinto.

Una hora después de haber aterrizado, de haberse reencontrado con sus familiares y haber sido recibidos por distintas autoridades, como el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, o el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, tanto los marineros gallegos como sus familiares abandonaron el aeródromo. Dos tuvieron que hacerlo en ambulancia para tratarse de dolencias leves en el hospital.

Media hora más tarde, pasadas las 14:30, el avión emprendió de nuevo el vuelo para trasladar hasta la Base Aérea de Torrejón de Ardoz a los dos observadores científicos que iban en el buque: Amparo Burguillos, de Socovos (Albacete), y Pere Hernández, de Barcelona.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha agradecido públicamente, a través de la red social X, al equipo de la Unidad Médica de Aerovacuación (UMAER) y al personal de Defensa su "extraordinaria labor" en la repatriación de los supervivientes del "Argos Georgia".

También lo ha aplaudido el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, que se ha comprometido a seguir al "lado" de las familias de los tripulantes españoles del 'Argos Georgia' y ha destacado la "especial colaboración" de los cuatro ministerios implicados en la repatriación: Transportes, Pesca, Exteriores y Defensa.

Los supervivientes ya están en casa, pero los cuerpos de los dos españoles fallecidos, César Acevedo, vecino de Vigo y patrón de pesca del barco, y Santiago Leyenda, de Baiona (Pontevedra) y cocinero principal de la embarcación, no pudieron ser repatriados, ya que, cumpliendo los protocolos exigidos por las autoridades británicas, serán trasladados a Oxfordshire, en Inglaterra, en los próximos días.

En cuanto a los cuatro desaparecidos en el mar, entre ellos los gallegos Juan Antonio García Rey, 'Pichón', relevo de máquinas, de Ribeira (A Coruña), y Antonio Barreiro, de Noia (A Coruña), se mantiene el operativo de búsqueda y rescate con un buque, un pesquero y un avión.

Ana Martínez

Ribeira (A Coruña), 28 jul (EFE).- El sol cae a plomo este domingo en Ribeira (A Coruña), un rincón del noroeste bañado por paradisíacas calas. Las terrazas rebosan y los televisores proyectan la llegada de los supervivientes del naufragio del "Argos Georgia", tres de ellos locales. Entonces, enmudecen. Y ese silencio visibiliza la tragedia.

José Manuel Pena, primo político de José Saborido, el capitán del palangrero anglo-noruego y portavoz de las familias, ha pedido a la prensa intimidad y respeto, porque las contusiones y magulladuras que traen son llevaderas, pero no así el ánimo. Han estado aterrorizados.

La terrible noticia del hundimiento registrado el pasado lunes se propagó con rapidez y alteró esta semana el júbilo por las 'Festas da Dorna', que mantienen viva la tradición por esa embarcación de pesca.

Murieron nueve personas, dos de nacionalidad española; hubo 14 supervivientes y cuatro tripulantes siguen desaparecidos, uno de ellos, Juan Antonio García Rey, Pichón, un "dorneiro de pro" al que la Real e Ilustre Cofradía da Dorna dedicó un comunicado por ser "un gran compañero" que desean que encuentren pronto.

Ramón Hombre, primer oficial, y su tocayo Ramón García, jefe de máquinas, son, junto a Saborido, los otros tres marineros de Ribeira, localidad costera de la comarca del Barbanza.

Su patrón mayor, José Antonio Pérez, no encuentra las palabras adecuadas para explicar el sufrimiento. Han sido veinte horas en balsas salvavidas, con agua fría, muy fría; y entre terribles sacudidas por el embate del oleaje. Su rictus es de amargura.

En este oficio se puede sufrir mucho por el mal tiempo, cuenta a EFE. Y, a veces, hay pesadillas que dejan a todos muy tocados. Nadie se puede imaginar, añade entre gestos explicativos, lo que es trabajar en determinadas condiciones. "Si uno no lo ve, no se lo puede imaginar", se lamenta. Y entiende la necesidad de espacio.

José Saborido, como ha compartido Pena, tuvo una comunicación muy breve con su mujer el jueves en la que apenas acertó a decir: "Vivo, estoy vivo".

En la llegada al aeropuerto de Santiago de Compostela no se citó a los medios de comunicación por el abismo emocional que acompaña a los que han regresado, fácilmente imaginable y perfectamente apreciable en las imágenes de abrazos captadas por los fotoperiodistas desde una rotonda situada en las inmediaciones.

La asociación de la plaza de abastos de Ribeira ha descrito en una nota el "corazón encogido" que un accidente de estas dimensiones deja, y cómo éste queda "en mil pedazos" al conocer el saldo oficial, el de las tumbas con nombre y el de los que faltan, como Antonio Barreiro, del cercano pueblo de Noia.

El mar tiene un "magnetismo especial", refleja también el escrito, y "una vez atrapa, difícilmente se sabe vivir sin él".

Puri Cores, presidenta de las amas de casa, conoce esa fascinación y por eso ha trasladado en otro correo su pesar y el "apoyo y cariño" de este colectivo.

El alcalde de Ribeira, Luis Pérez Barral, ha estado en la terminal compostelana. No podía faltar. Con su simple presencia, sin palabras públicas, quería hacer saber a sus vecinos que su gente estaba ahí.

Unos navegantes salieron a la caza de merluza negra y encontraron un mar rebelde, un viento que se levantó salvajemente y una gélida temperatura. Ahora, son los corazones de un pueblo ribereño los que están helados.

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