¡A la rica sidra....! En Liencres (Cantabria)

Santander, 27 jul (EFE).- La sidra, pese a venir de una fruta que se asocia con el sabor amargo, vive un momento muy dulce y está de moda, con muchas variedades, desde las tradicionales y artesanas a las aderazadas con sabores. Que la sidra se ha popularizado es un hecho, ya no hace falta ir a Asturias para paladear caldos exquisitos, y este sábado, en Liencres (Cantabria), se codean grandes lagares para presumir de sus mezclas.

Productores procedentes de varios países de Europa participan con más de medio centenar de variedades en esta localidad cántabra en la Feria europea de la sidra, organizada por el Ayuntamiento de Piélagos en colaboración con la local Sidra Somarroza.

Hay lagares nacionales (Rabiosa de Galicia, Carral de León, Cabueñes de Asturias, Astarbe del País Vasco, Martitxonea de Navarra, Somarroza de Cantabria y el Lagar de Valleseco de Canarias), e internacionales (Txopinondo de Francia, Monnow Valley Cider de Reino Unido y Floribunda de Italia).

Como en ediciones anteriores, por el precio de 6 euros los asistentes pueden degustar toda la sidra que quieran en dos pases, de 12.00 a 14.30 horas y desde las 19.00 horas y hasta completar existencias.

Jesús Gómez Solórzano, gerente de Somarroza y promotor del evento, destaca a EFE que lo que se ha buscado es traer a esta feria sidras "variadas y de calidad".

"La sidra, al ser un producto bajo en alcohol, permite hacer muchas maceraciones y es muy agradecida y versátil", señala.

Y, pese a la idea que pueda tenerse, se trata de una bebida "muy expandida por el mundo entero". Aunque en España se asocie a Asturias, "hay sidra en muchos sitios" y "donde hay manzana, hay sidra". "Lo unimos a territorios determinados, quizás por desconocimiento", dice este productor, que destaca que esta bebida se da lugares tan variados como Estados Unidos, Japón, o países de Hispanoamérica.

Entre los participantes, está Rabiosa, originaria de A Estrada (Pontevedra), de Orlando Villamayor, que ha acudido a esta feria en ediciones anteriores y repite.

Este empresario explica que en su caso se consideran productores de manzana porque ya sus antepasados, su abuelo en los años 40, trabajaba esta fruta y hacía sidra. "Era un estudioso del campo", apunta su nieto y empresario de esta marca, que va por la cuarta generación.

Recogiendo esa herencia, Rabiosa hace sidras naturales y artesanas, una de ellas autóctona, con la manzana de Caión (Coruña).

Este productor resalta que los sidreros están "muy comprometidos con la cultura, lo natural y el medio ambiente", y en parte ese amor es el motor para volcarse en su actividad.

Villamayor cree que a los que elaboran sidra se les puede aplicar el dicho de "cada maestrillo tiene su librillo" y, frente a su modo de hacer, más tradicional y basado "en lo natural", hay otros especializados en poner sabores porque se puede "experimentar" y en ese camino lograr igualmente producto de calidad.

Rabiosa pone el acento en la transformación de la manzana, con la que hacen 27 variedades diferentes. "Estamos especializados en la artesanía alimentaria, en hacer las cosas como se hicieron toda la vida y en buscar unos buenos caldos", subraya Villamayor.

Este productor gallego cree que la sidra es aún "una gran desconocida" y defiende los "beneficios" que aporta. "No cura nada, no arregla nada, pero es una bebida única", afirma.

Antiguamente se consumía en los trabajos del campo por la energía que aportaba, cuenta Villamayor, que también piensa que la sidra "no es cuestión" de un territorio, y que hay grandes consumidores en muchos lugares.

La asignatura pendiente, para este productor, es "calar más en el público joven". "La gente joven tiene que saber lo que es una sidra natural", comenta.

Jesús Gómez, el organizador del evento, cuya empresa de Renedo de Piélagos tiene un recorrido de 14 años, asegura que "la sidra está en un auge fuerte e imparable".

Y defiende la calidad. "Aquí no organizamos un botellón para que la gente se atiborre. Esto es otra cosa", destaca. EFE

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