La Fiscalía pide 45.000 euros a dos activistas que rociaron con mermelada el Museo Egipcio

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Barcelona, 25 jul (EFE).- La Fiscalía pide una pena de 45.000 euros de multa para dos activistas de la organización Futuro Vegetal por rociar con mermelada unas vitrinas del Museo Egipcio de Barcelona para llamar la atención sobre el cambio climático y 12.458 euros de indemnización por los desperfectos que causaron.

En su escrito, al que ha tenido acceso EFE, el ministerio público acusa de un delito intentado de daños a los dos activistas por la acción reivindicativa que llevaron a cabo el 13 de noviembre de 2022, coincidiendo con una oleada de protestas en museos de todo el mundo para advertir de los efectos del cambio climático sobre el planeta.

La Fiscalía reconoce en su escrito que la acción no deterioró los objetos arqueológicos expuestos en las vitrinas, pero obligó a llevar a cabo una "intervención urgente" para evitarlo. que la Fundación Arqueológica Jordi Clos, que gestiona el Museo, ha estimado en 17.202 euros.

Según relata el ministerio público en su escrito, los activistas se dirigieron la mañana del 13 de noviembre de 2022 a una sala del Museo Egipcio de Barcelona que albergaba una exposición sobre Tutankhamon, compuesta por objetos de "gran valor cultural".

En concreto, la exposición consistía en una vitrina con un sarcófago de madera estucada, de 2.700 años de antigüedad, otras dos con vasos de caliza, otra con "ushebtis" de terracota de 3.000 años y 18 fotografías sobre los trabajos de excavación llevados a cabo en la tumba de Tutankhamon.

Los acusados, añade el ministerio público, sacaron cuatro botellas de plástico que contenían un "líquido viscoso con alta concentración de azúcares (aparentemente mermelada y melaza)" y lo lanzaron contra los efectos expuestos en la sala.

Posteriormente, extrajeron unos tubos de pegamento que vertieron sobre sus manos para engancharse a los cristales de las vitrinas de la exposición.

A raíz de su acción, el vidrio frontal de las vitrinas acabó impregnado del material vertido, "sin que los objetos arqueológicos de su interior se vieran afectados", aunque según la Fiscalía los acusados se aseguraron de que el producto se colara por un resquicio.

Según el escrito, la apertura de la vitrina y la extracción del sarcófago para su tratamiento "comportaron una serie de cambios en un corto espacio de tiempo que afectaron al equilibrio ambiental" de la pieza, con "el consiguiente riesgo de deterioro al alterarse sus condiciones de preservación".

Ello obligó a llevar a cabo una "intervención urgente" para abrir la vitrina, retirar el sarcófago, limpiar la urna y hacer seguimiento del estado de conservación de la pieza, de forma semanal durante un período de tres meses.

"Tan solo la rápida intervención de los profesionales del museo y los tratamientos aplicados evitó el pretendido resultado lesivo irreparable para los bienes integrantes del patrimonio cultural", razona el ministerio público.

Además, los trabajos de restauración de la sala afectada por la acción reivindicativa -limpieza, pulimento de suelos, pintura y enmarcación- obligó a cerrarla durante quince días, añade el escrito.

La Fundación Privada Arqueológica Joan Clos, propietaria del Museo, ha cuantificado en 17.202 los daños y trabajos de restauración, de los que ha pagado 12.458 dado que el resto lo han cubierto las aseguradoras. EFE

rg/pll/icn

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