"Monstruos", una obra que trasciende texto y el trabajo actoral para acercarse al público

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Inés Morencia

Valladolid, 23 jul (EFE).- La obra "Monstruos. El prodigio de los dioses", dirigida por David Boceta y que este miércoles presenta en el festival Olmedo Clásico, busca trascender el texto de Calderón y el trabajo actoral de "primeros espadas" para acercarse al público, con un montaje complejo que incluye elementos audiovisuales.

"Es un espectáculo pensado para el espectador para que empatice con los personajes del Siglo de Oro, en el que el texto es el núcleo principal, transmitido por un póquer de ases de actores que están acompañados por un espacio sonoro y audiovisual", ha explicado Boceta en una entrevista con la Agencia EFE.

Exigente consigo mismo, como considera también al público de Olmedo (Valladolid), este joven director y actor gaditano se muestra tremendamente satisfecho con este trabajo, porque le "ha permitido fusionar muchos ingredientes" para hacer más contemporáneo el texto calderoniano, del que se confiesa "totalmente enamorado".

Calderón contemporáneo

De hecho, considera que Calderón "es inspirador, infinito, seduce desde lugares que van más allá de la palabra porque sus obras son muy poéticas", y además "despierta" su mundo artístico, por lo que confía en mantener su idilio con él durante muchos años.

Tiene claro que a Calderón "se le quedaría pequeña la época actual" y le costaría encontrar referentes artísticos "porque era muy humanista y eso le alejaría de los tiempos que corren y los que exige la escena", ha precisado.

En su faceta de actor, que es lo que más le define en su trayectoria profesional, se considera "muy 'Lopista'" y ha "disfrutado mucho" de sus trabajos "porque lo pone muy fácil con una palabra muy cercana y accesible, que llega muy bien a todo el mundo", ha precisado.

Atención creativa

En su opinión, ser director requiere poner la máxima atención en el proceso creativo, por eso evita "a toda costa" ejercer como intérprete en sus proyectos, si bien en este caso deberá sustituir a uno de los miembros del elenco en una función "pero es algo puntual".

A pesar de que el teatro clásico atrae público, gracias a festivales como Olmedo tiene la sensación de que "sigue siendo realmente difícil hacer de la representación un modo de vida", y en este sentido cree que "hay algo en la industria que se está quedando corto, porque incluso los que más suerte tienen, pasan apuros".

Y eso que los jóvenes "académicamente, salen mejor preparados", algo que puede comprobar desde su prisma como profesor de la RESAD -Escuela de Arte Dramático de Madrid-, y se están encontrando "un buen momento en lo audiovisual, con tantas plataformas", pero "apenas tienen oportunidades en el teatro".

Teatro y divulgación

"Es cierto que el teatro nunca tuvo un buen momento pero este es uno de los peores, entre otras cosas porque ya no existe esa estructura económica que permita realizar giras y mantener compañías y elencos estables, y resulta muy difícil sacar adelante los proyectos", ha matizado.

Uno de los aspectos que habría que mejorar es el ámbito educativo "porque en los colegios el acercamiento a los dramaturgos es algo forzado y no resulta nada atractivo, en vez de tratar de buscar alimentar la inquietud de los alumnos y hacerlo interesante".

De ahí que siga habiendo "poca comprensión de los textos del Siglo de Oro y cueste entender a sus autores, lo cual es un hándicap que se mantiene en el tiempo, y que impide que los jóvenes se acerquen más al teatro, cuando podría resolverse cambiando la forma de transmitir dichos textos y autores desde los centros educativos", ha añadido.

Y sabe de lo que habla porque les conoció con 22 años. Comenzó a estudiar sociología en Granada pero entró en un grupo de teatro que se metió en su vida "de una forma arrolladora", de la mano del que considera su maestro, Francisco Ortuño, que sigue siendo su principal referente.

"Hasta ese momento, nunca había hecho teatro, ni conocía el Siglo de Oro", ha reconocido Boceta, quien ahora no podría contemplar su vida sin ello, una vez que pudo entender, vivir, descubrir y disfrutar a sus autores tras su paso por la RESAD, de ahí su propósito de "hacer que otros lo conozcan" y puedan admirarles y gozarles. EFE

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