El "encantamiento" de Silvia Pérez Cruz abre el Festival de Jazz de San Sebastián

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San Sebastián, 23 jul (EFE).- "Quiero que la gente cierre los ojos, se emocione y no piense", dijo Silvia Pérez Cruz sobre su último disco. Y es lo que ha conseguido hoy en el recital con el que ha abierto el Festival de Jazz de San Sebastián, un concierto en el que ha ejercido una especie de "encantamiento" en el público al que además ha divertido y al que ha puesto a cantar, a silbar y hasta a gritar.

Con esta actuación el Jazzaldia suma un día más a sus habituales cinco jornadas, ya que ha programado para hoy a la artista de Palafrugell, que no podía acudir a la ciudad en otra fecha y el festival quería contar con ella porque "siempre ofrece algo nuevo", según señalo su director Miguel Martín.

Y así han sido las canciones de su último trabajo, 'Toda la vida, un día', que ha ido desgranando a lo largo de dos horas de música en el Kursaal en las que su voz, ingrávida a veces portentosa otras, ha sonado en armonía con los músicos que le acompañaban.

"Ha sido difícil adaptar al directo el álbum, en el que participaron 90 músicos incluidos dos coros de 30 personas, pero lo he hecho con estos músicos maravillosos", ha explicado Pérez Cruz al presentar a Carlos Monfort, el casi hombre orquesta que se ha encargado del violín, la percusión y la trompeta, Marta Roma, al violonchelo y la trompeta, y Bori Albero, al contrabajo.

'Toda la vida, un día' surgió en la pandemia con el propósito de recrear la vida entera en un álbum y el resultado fueron 21 canciones que se gestaron en España, Argentina, México, y Cuba, entre otros países.

"Ya no se hacen discos de 21 canciones", ha admitido en una de las múltiples explicaciones de Silvia Pérez Cruz.

La artista ha irrumpido en el escenario vestida de amarillo para interpretar 'a capella' algunos versos de 'Salir distinto' y tras cantar "La flor" ha explicado la secuencia del disco.

Son cinco movimientos que corresponden a las etapas de la vida, a cada una de las cuales ha atribuido un color: la infancia (amarillo), la juventud (azul), la madurez (el verde), la vejez (negro y blanco) y el renacimiento (rojo).

Entre los temas ha intercalado canciones como el vals peruano 'Mechita', un clásico en su repertorio, que ha interpretado acompañada del violín de Carlos Monfort, que lo ha tocado como si fuera una guitarra lo que le ha conferido un sonido similar al charango.

Los sonidos más angulares del segundo movimiento se han expresado en 'Aterrados', una canción basada en un poema de William Carlos Williams que ha sonado al inicio casi como un cuarteto clásico para estallar al final en distorsiones y disonancias.

Exquisita ha sido la versión jazzera de 'Sucio', en la que Silvia Pérez Cruz ha mostrado sus dotes con el saxofón y a la que han seguido una sucesión de improvisaciones en las que se ha percibido el tema 'La llorona' para desembocar en su canción 'El poeta es un fingidor'.

Del movimiento dedicado a la madurez ha destacado la delicada 'Ayuda', a dúo con Carlos Monfort, y 'Mi última canción triste', que compuso "estando malita" en México según ha relatado la propia artista.

La 'Chacarera de las piedras', que ha cantado acompañada unicamente de un bombo legüero, ha dado paso al cuarto apartado del disco: la vejez, para la que ha cambiado su vestido por uno negro y en la que ha incluido el tema que da nombre al disco.

"Cuidemos la música en directo, que nos hace mejores. Y cuidemos la cultura así ella nos cuidará a nosotros", ha dicho la artista poco antes de adentrarse en la fase final del concierto, la dedicada al renacimiento de la que ha interpretado 'Nombrar es imposible".

En todo momento Silvia Pérez Cruz ha ejercido de maestra de ceremonias al presentar las canciones y dirigir a sus músicos, pero este papel ha ido a más cuando ha pasado a cantar el tema 'Mañana' de su álbum Farsa (Género imposible) en el que ha "organizado" al público para que tararee parte del tema, cantase el estribillo e incluso silbase.

A la petición de si había mexicanos en la sala que pudieran hacer el grito típico de su país, varios espectadores del país azteca han aceptado la invitación y han dado cuenta de ese grito, al que, de forma espontánea y sin solicitud ninguna, se han sumado algunos 'irrintzis', el grito fuerte y agudo característico del País Vasco.

"Increíble. ¿Todos aquí sabéis hacer eso?", ha preguntado una perpleja Silvia Pérez Cruz antes de despedirse de un público que conoce bien ya que es la sexta ocasión que visita el festival.EFE

mz/fp

(foto)

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