Los cartuchos de impresoras buscan ser menos contaminantes y entrar en economía circular

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 Redacción Medioambiente, 20 jul (EFE).- Los cartuchos de impresora contienen sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para la salud, por lo que desde la asociación Etira piden el cumplimiento con la normativa europea, especialmente con el Reglamento REACH, que regula la autorización y restricción de sustancias y mezclas químicas, que contienen estos consumibles.

Javier Martínez Zavala, presidente de la Asociación europea de remanufacturadores de inyección de tinta y tóner (Etira, por sus siglas en inglés), ha explicado a EFE la preocupación que existe en el sector por que todos los componentes importados que entren en Europa "cumplan con el reglamento REACH y no perjudiquen ni a la salud de las personas ni a la industria europea".

Asegura que desde Etira buscan que los importadores de estos componentes, "la mayoría procedentes de China, cumplan con el Reglamento REACH y con las mismas exigencias que se les pide a los fabricantes europeos", una petición que se situá a la par de las demandas de los agricultores con los productos procedentes de terceros países.

Según Martínez Zavala, el Reglamento (CE) 1907/2006, más conocido por REACH -acrónimo de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas- "es el gran paraguas que protege la salud de los europeos", porque establece los parámetros que deben cumplir todos los productos que se importan y contienen productos químicos.

Esos productos "deben estar permitidos en suelo europeo", incide, y sostiene que muchos de los productos importados para impresoras "no cumplen con las directrices europeas".

El Reglamento REACH "tiene un nivel de sensibilidad y alerta muy superior a lo que es la defensa del medioambiente, porque una cosa es defender el medioambiente y otra la salud de los consumidores", dice, y subraya que eso se refleja en que el código sancionador de este reglamento "es durísimo".

Cualquiera importador de sustancias químicas en el mercado europeo, como los que contienen los cartuchos para impresoras, "tiene la obligación de registrarse" con una dirección postal y estar identificado, algo que "no se está produciendo en todos los casos ".

Además, establece la obligación de la identificación de las sustancias químicas específicas que "deben tener una trazabilidad durante diez años", porque en el caso de examinarse y resultar peligrosas para la salud es necesario retirarlas siempre que se sepa dónde se han distribuido.

El presidente de los remanufacturadores de cartuchos subraya además que toda la normativa europea REACH está transpuesta a la legislación española y "la competencia está transferida a las comunidades autónomas".

El reglamento Reach recoge que el objetivo principal es mejorar la protección para la salud humana y el medioambiente frente al riesgo que puede conllevar la fabricación, comercialización y uso de sustancias químicas y mezclas químicas.

Según Martínez Zabala, los productos asiáticos en muchos casos "no especifican la composición ni la cantidad de esas sustancias", a lo que se añade que no son reutilizables porque muchos de los remanufacturadores se niegan a manipularlos ante el "peligro que puede conllevar" para la salud.

Asimismo, según el experto, Etira también está batallando con el comercio electrónico, por lo que han enviado una carta a la empresa Amazon pidiéndole que retire de sus catálogos todos los productos de cartuchos de impresoras que "incumplen la normativa europea".

Martínez Zabala recuerda que de las impresoras emanan "sustancias volátiles contaminantes como ventrinos, estirenos u ozonos", entre otras.

El presidente de Etira sostiene que la Unión Europea prepara el Reglamento sobre ecodiseño de aparatos de impresión de imágenes, un texto que pasó el último trámite de presentación a los Estados miembros el pasado 3 de julio en Bruselas.

En ese borrador se hace hincapié en la reutilización y remanufacturación de cartuchos, componentes que buscan jugar un papel importante en la economía circular y que pueden suponer una reducción de hasta el 90 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los consumibles y hasta un 60 % del impacto global de la impresión, según Etira.

Además, se busca cumplir con el reglamento de ecodiseño, aprobado en junio pasado por la UE, en el que se opta por la reutilización dentro de los procesos de economía circular, como ya lo han hecho en Cataluña y Baleares, donde se han prohibido los cartuchos de impresora de un solo uso. EFE

lul/icn

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