Médicos jóvenes europeos denuncian el uso de la obligatoriedad para cubrir zonas difíciles

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Madrid, 19 jul (EFE).- Europa se enfrenta a una crisis de médicos sin precedentes, según un informe de la asociación European Junior Doctors (EJD), que constata que la solución no pasa por obligar a los médicos jóvenes a trabajar en zonas de difícil cobertura, ya que ello genera malestar, desgaste profesional e insatisfacción laboral.

Esta es una de las conclusiones del informe "De la obligación a la motivación" publicado por la asociación EJD, y presentado este jueves por la Organización Médica Colegial (OMC), donde se critica el creciente uso de la obligatoriedad en algunos países, para hacer frente a la escasez de personal en los conocidos como "desiertos médicos" con sanciones, incluso, en caso de incumplimiento.

En rueda de prensa, la vicepresidenta primera de la OMC, Isabel Moya, ha señalado que la tasa de médicos en España está por encima de la media europea, sin embargo hay problemas para incorporar a estos profesionales al mercado laboral "por una deficiente planificación de las necesidades, un clima laboral inadecuado con inestabilidad y falta de incentivos, que ha llevado a una situación crítica y generado una alta movilidad de talento".

En España no existe esa obligatoriedad, que sí se da en países como Croacia, Letonia o Eslovenia, donde existen mandatos que obligan a los especialistas a trabajar en zonas de difícil cobertura tras la formación sanitaria especializada. El incumplimiento puede dar lugar a que los médicos jóvenes tengan que pagar una multa.

En España, según el representante de la vocalía nacional de médicos jóvenes de la OMC, Domingo Sánchez, se están buscando soluciones para solventar el problema de los "desiertos médicos", que son aquellos donde la población tiene una incapacidad continuada y permanente para acceder a la atención sanitaria.

Este representante de los médicos jóvenes de la OMC ha admitido que hoy en España "una persona, según su código postal, puede tener problemas para la atención sanitaria".

Para atajar esto, algunas regiones han introducido una serie de incentivos para hacer atractivas estas zonas como contratos laborales mejorados, salarios competitivos, horarios flexibles y oportunidades de formación especializada en medicina rural.

El informe explora los pros y contras de las medidas basadas en la obligatoriedad e imposición y aboga por un cambio de las estrategias con enfoques centrados en la motivación que respeten la autonomía y las aspiraciones profesionales.

El documento demanda que se eviten medidas punitivas contra los médicos jóvenes que decidan no cumplir estos mandatos.

Y es que, según el informe, obligar a los médicos jóvenes a trabajar bajo pena de sanción socava su autonomía, limita su capacidad para tomar decisiones sobre su trayectoria profesional y su vida personal, "lo que repercute negativamente en su rendimiento y en la atención que brindan a los pacientes".

El informe subraya que recurrir a estrategias de retención profesional forzosa con objetivo cortoplacista para solventar la escasez profesional "puede agravar dicha escasez al promover el burnout o desgaste profesional".

A fin de mejorar la retención, el informe propone una serie de "buenas prácticas" como organizar prácticas clínicas estructuradas para estudiantes de medicina que incentiven el trabajo en zonas de difícil cobertura.

Algunas facultades de medicina en Europa, como las de Irlanda, Noruega o Reino Unido, han desarrollado programas especializados, cuidadosamente estructurados para que los estudiantes reciban una educación de alta calidad con impacto positivo en áreas con necesidades críticas de atención médica.

Ademas, plantean mejores salarios y contratos y complementos económicos, algo que ya se hace, por ejemplo, en República Checa y Filandia y rotaciones rurales supervisadas y centradas en la formación (Hungría, Portugal o Reino Unido).EFE

bf/jlg

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