Sergio Andreu
Barcelona, 19 jul (EFE).- En 2024 se cumplen 15 años de la muerte de Pepe González, para muchos uno de los mejores dibujantes del cómic español, gracias sobre todo al tratamiento que hizo de la figura femenina, y a quien Norma, editorial con la que trabajó, ha dedicado un espectacular libro homenaje demostración de su genio.
'El arte de Pepe González' es un repaso gráfico de algunas de las creaciones de un artista cuyo realismo y estilo preciosista fue copiado hasta la saciedad por muchos de sus coetáneos y que tuvo en Vampirella, la alienígena sexi para la editorial Warren, el punto culminante de la carrera de un creador, abiertamente gay en su entorno, en una época en la que era arriesgado mostrarse libre.
Un dibujante además, premiado en 1976 con el Special Award for Excelence, que como ocurre en muchas ocasiones fue más reconocido internacionalmente que en España.
El volumen, de gran formato, con textos en castellano e inglés -en el mercado anglosajón González es una leyenda- recorre la trayectoria de un dibujante portentoso que en ocasiones afirmaba odiar dibujar cómics (prefería centrarse en sus sensuales pin-up) pero al que, afortunadamente, regresaba, porque como él mismo decía, soñaba en viñetas.
Rafa Martínez, fundador de Norma y amigo personal del ilustrador desde 1964 cuando entró como "chico para todo" en Selecciones Ilustradas (SI), ha explicado en la presentación del libro que González era la "alegría del estudio", aunque prefería trabajar en el piso en el que vivía con su madre, rodeados de revistas del corazón.
"No le gustaba que le dieran órdenes, pero las figuras femeninas le salían de las manos", señala Rafa Martínez, acompañado por el director de Norma, Luis Martínez, para quien este libro "es un acto de amor, de reparación, para que no se olvide que Pepe fue mucho más que Vampirella", que abrió el camino de dibujantes españoles en EEUU.
Nacido en 1939, González creció en el barrio Chino de Barcelona donde dio rápida muestra de su talento con unos sencillos lapiceros Alpino con los que retrataba a las actrices como Gina Lollobrigida o Marilyn Monroe -una de sus obsesiones- y que llamaron la atención del ilustrador Javier Prieto.
Ese fue su salvoconducto a Selecciones, la agencia de representación dirigida por Josep Toutain, quien tras una primera serie de vaqueros ('Doc Holloway') se dio cuenta pronto de su habilidad para dibujar chicas guapas.
Así pasó a la series románticas de la editorial Toray y después entró en el mercado inglés con 'Boyfriend' y 'Valentine', trabajos que dejaron huella: "Nunca nadie en la historia del cómic ha dibujado mujeres tan guapas como José González", llegó a decir el editor Mike Butterworth.
En esa época comenzó a publicar en EE.UU. con 'Pamela', serie de humor gráfico protagonizada por una chica rubia con tendencia a desnudarse, y que gracias a los sensuales dibujos de González funcionó bien y se vendió a otros países.
Su carrera europea le exigía trabajar a destajo en numerosas series, por las que llegaba a ganar 20.000 pesetas de la época, o a realizar una brillante adaptación a cómic de la serie de televisión 'Los vengadores'.
"Vivía al día, sin dinero, porque era muy generoso y había gente que se aprovechaba de él", recuerda Rafa Martínez sobre la apreturas económicas del artista, que dilapidaba las ganancias en su vida nocturna, donde llegó a intercambiar retratos por cubalibres en los clubes gay que frecuentaba.
En un viaje a EE.UU., Toutain contactó con el editor Jim Warren, que quedó prendado de los dibujos de González, que le puso en 1974 al frente de Vampirella, serie de alto toque erótico sobre una alienígena que le convirtió en una estrella.
Cansado del personaje que le dio fama y dinero, y de las historias de veinte páginas que exigían disciplina (era bastante anárquico e "incapaz de cumplir los plazos"), González dejó la serie, aunque volvería a ella mas adelante, con Bill Dubay como guionista.
Comenzó entonces a colaborar con Rafa Martínez, primero con la serie 'Herma' y más tarde en los glamourosos retratos de actores y actrices, como las magníficas series dedicadas a Marilyn Monroe o Ava Gardner.
Martínez lamenta no haberle pedido más encargos para mantener activo al dibujante en sus últimos años, que "se abandonó" al saber que tenía un cáncer, del que murió solo en casa en marzo de 2009. EFE
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